“Políticos,
gobernantes y representantes que tengan que resguardarse de la ciudadanía, no
sirven para nada”
@BarbaraCabrera
Hace algunas #Nornilandia
expuse las razones de porque el gobierno tiene miedo http://bit.ly/1g6Um3k; un texto que a pesar
del lugar, tiempo y circunstancias, mantiene su vigencia.
Estamos en
una época donde ese miedo va in crescendo,
lo cual no es producto de generación espontánea. Los ciudadanos cada vez exigentes,
proactivos y cansados de las tropelías, corruptelas, complicidades e
impunidades de quienes están enquistados en la palestra pública, cobrando altos
sueldos y prestaciones vía nuestros impuestos; estamos levantando la voz y
haciendo llegar por diversos medios nuestras contribuciones para rescatar este
#MéxicoLindoyHerido.
En esta
tesitura, en los últimos tiempos y después de las apabullantes reformas
estructurales del señor Peña; diversidad de políticas públicas, ocurrencias
legislativas y comportamientos inmoderados se han suscitado: en Sinaloa, Lucero
Sánchez López, diputada local del PAN por aquella Entidad, viralizada en las
Redes Sociales como la #Chapodiputada, por su relación con el narcotraficante
Joaquín Guzmán Loera, a quien trascendió visitaba en el Altiplano, casualmente
los videos fueron borrados; en San Luis Potosí, Martha Orta Rodríguez, una
diputada local del PRI, pretende regular los memes y criminalizar a quienes lo
generen y utilicen, dicho sea de paso pasará a la posteridad como #LadyMemes [esta
es otra intentota más en este tenor, para ver las demás consúltese “Los memes
en Internet”, en Revista Quaestionis, año 3, marzo-abril 2016, consultable en http://bit.ly/1ShUu3U]; en Jalisco,
padecen las agresiones y prepotencia del impresentable diputado local del PVEM
Enrique Aubry a quien en las redes se viralizó como el #LordPistolas, quien se
autodenomina “apasionado” de su trabajo; en Ciudad de México, ya hartan los
populismos del rey del doble Hoy no Circula y del minisalario, Miguel Ángel
Mancera, Dr. MAME pa´ los cuates; en Monterrey, padecen los estragos del bronco
“independiente” Jaime Rodríguez Calderón, quien no da una, pero eso sí se
placea cual vedette por el país; en
Veracruz, se sufren las atrocidades del franquista y furibundo gobernador
Javier Duarte de Ochoa y compinches. Todos estos personajes, unos más funestos
que otros, tienen algo en común: el fuero constitucional.
El fuero
visto desde esta perspectiva, es definido por la doctrina clásica como aquella
prerrogativa o privilegio concedido a determinados servidores públicos, para
mantener el equilibrio entre los poderes del Estado en los regímenes
democráticos y salvaguardarlos de eventuales acusaciones sin fundamento. Como
podemos inferir de esta definición que poco aporta para seguir sosteniendo esta
figura jurídica –sobre todo con casos como los apuntados-; el fuero fue
incluido en sus tiempos por los temores de las minorías perseguidas, la mayoría
de las ocasiones, por el mismo gobierno; hoy las circunstancias han cambiado y
urgen que exenciones como éstas sean analizadas y debatidas con detenimiento.
Si lo que
queremos es tener menos de estos personajes abusones del Poder, es momento de
avivar el debate y exigir a los legisladores [federales y locales] para que en
el ámbito de su jurisdicción propongan, apoyen y se legisle para eliminar esta
anacrónica figura jurídica.
Este tipo de
prácticas poco o nada afianzan al ánimo democrático, y si suman a ese mal humor
social del que nos habló el Dr. Samuel Hernández Apodaca [@iusfilosofo] en una
de sus columnas http://bit.ly/26rvUrw, vía
Iusfilosofando.
Pugnemos por
un adiós al fuero y no sigamos permitiendo que actitudes que se antojan de
burlesque nos diga restregando el “a mí, mi fuero y háganle como quieran”. Desde
mi perspectiva, no se trata de acotarlo, como algunos dicen, sino de
eliminarlo.
Finalizo esta
columna compartiendo una canción ad hoc
a estos menesteres, se llama “Le da igual” de Cultura profética http://bit.ly/1LuTNAb ¡gócenla y dedíquenla al
político de su preferencia!
Es todo por
hoy.
¡Nos leemos
la próxima Nornilandia!