“Cuando
las demandas ciudadanas rebasan la capacidad de respuesta del gobierno, de
políticos y autoridades; las instituciones públicas son vistas como ineficaces,
lentas, ociosas y costosas; ello genera el fenómeno de desafección de los
ciudadanos hacia la política, políticos, gobierno y autoridades”
@BarbaraCabrera
En un país
donde la justicia es selectiva y la clase política vive de la corrupción, sus
costos representan un lastre para la economía mexicana. Esta práctica tiene un
costo equivalente a 4% del PIB, unos 740 mil millones de pesos, datos que se
han dado a conocer durante el foro “México Cumbre de Negocios”, que se celebra
en Guadalajara, Jalisco.
Si a ese
enrarecido ambiente, le sumamos la impunidad y complicidad, no es extraño ver y
oír osadas declaraciones de quienes están enquistados en el poder. Tal es el
caso de Enrique Peña Nieto y su secuaz, Miguel Ángel Osorio Chong.
El primero,
-léase el señor Peña- después del paso del Huracán Patricia –que por fortuna-
no fue tan catastrófico como se había dicho, declaró: “el saldo blanco ante el
meteoro se debe, en mucho, a la fe del pueblo” ¡Zas! Ahora resulta, creer en algo
a ciegas, hizo –como por arte de magia- que nada pasará. Sin duda, así es como
los políticos de siempre y de la vieja guardia quieren ver a los ciudadanos:
creyentes, callados, esperanzados y resignados.
Mientras que
su fiel amigo Osorio Chong, seguramente en un arranque de sinceridad –y a modo
de rabieta- exigió: “¡ya basta de señalar primero al gobierno de la República , que no tiene
absolutamente nada que ver!”; -ello respecto al lamentable caso de la
desaparición de los 43 estudiantes de la Normal rural de #Ayotzinapa-.
Ambas
declaraciones, sin duda, provienen de dos personajes que tienen por oficio la
política del gane y del interés propio, donde las necesidades ciudadanas
importan solo para prometer en época electoral para ganar adeptos y dar
continuismo a sus proyectos y encubrir a los que les siguen.
En esta
tesitura, debemos ser nosotros los ciudadanos, los que digamos ¡YA CHOLE! y ¡YA
BASTA! de los malos gobiernos, de las malas prácticas, de la transparencia
simulada, del supuesto acceso a la información, del deplorable sistema
educativo, de los escandalosos sueldos de altos funcionarios…
Cuando el ¡YA
CHOLE! y el ¡YA BASTAN! Llegan de los políticos hacia los ciudadanos, sabemos
que ha llegado el momento de hacerles saber nuestro poder y generar un cambio.
Lo he dicho, es momento de que ¡TOMEMOS LAS ARMAS! Acá la convocatoria http://bit.ly/1we96cg
Es todo por
hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!