Discurso del
presidente Adolfo López Mateos con motivo de la nacionalización de la industria
eléctrica que él decretó.
27 de septiembre de
1960
Pueblo de México. Les devuelvo la
energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la Nación , pero no se confíen
porque en años futuros algunos malos
mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por
medios sutiles entregar de nuevo el
petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros.
Ni un paso atrás, fue la consigna de
Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo. Hoy le tocó por
fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda
obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos
energéticos a intereses ajenos a la
Nación que conformamos. Una cosa obvia es que México requiere
de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para
lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no
requiere de la capacitación tecnológica en materia de eléctrica y petrolera.
Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las
empresas públicas para apoyarnos. solo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer
todo mejor que cualquier otro país.
Cuando un gobernante extranjero me
pregunta si hay posibilidad de entrar el negocio de los energéticos o a la
electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las
inversiones extranjeras que nos vaciaron el país.
Pero en tanto, los mexicanos sí queremos
invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por
si quieren un socio extranjero. En México, la Constitución es muy
clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad
propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones
al respecto son traición a la patria.
Industrializar
el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la
entrega indiscriminada del patrimonio de la patria.