@BarbaraCabrera
“No hay
democracia sin determinación”
Julio Anguita
Un tema en boga es el relativo a la Consulta Popular ,
que resulta no es una herramienta exclusiva de la ciudadanía, sino que puede
ser convocada también por la clase política, incluidos legisladores y
Presidente de la República ;
y, por ende, los partidos políticos. Justo de estos últimos actores, es en quienes
centraré la atención en esta Nornilandia.
Vayamos por partes y contextualizo:
· El artículo 35 Constitucional,
relativo a los derechos de los ciudadanos, regula en su fracción VIII este
derecho, enumerando/enlistando las bases a que éstas deberán sujetarse (su
inclusión data del 10 de febrero de 2014, fecha de publicación en el Diario
Oficial de la Federación )
· La Ley Federal de Consulta
Popular, que instrumenta ese parte del artículo constitucional, es de reciente
creación, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 14 de
marzo de 2014. (Acá su texto íntegro http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFCPo.pdf)
·
Hasta el momento de redactar esta
Nornilandia, son cuatro los partidos políticos que han hecho público su aviso
de intención para promover, en 2015, la realización de este instrumento, a
saber:
- Para
defender el petróleo (#ReformaEnergética) Encabezada por Morena, aunque el PRD
también levantó la mano, lo que hace suponer que irían separados, por lo menos
en la recolección de firmas.
- Para
incrementar el salario mínimo. Auspiciado por el PAN.
- Para
eliminar 100 diputados y 32 senadores plurinominales. Promovida por el PRI.
En mi papel de sospechosista, los hago partícipes de
algunas interrogantes. Así como van las cosas ¿Será que los partidos políticos
en verdad están retomando las preocupaciones ciudadanas? ¿La intervención de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación
(SCJN) en el ejercicio de éste derecho ciudadano estará a la altura de miras de
una sociedad demandante? ¿Acaso estaremos regresando a la era de monopolio de
la representación parlamentaria donde era muy sencillo construir acuerdos
porque los diputados eran del presidente? Vean la historia y sabrán porque lo
planteo.
¿Por qué mejor no se lleva a cabo una consulta popular
para bajar los jugosos sueldos del Presidente y sus Secretarios, Legisladores y
Ministros de la SCJN ?
Digo esto para canalizar la “preocupación” de César Camacho que dijo que con la
eliminación de curules, se pretende reducir el gasto público.
Lo cierto es que disminuir plurinominales no debe
serlo por percepción, sino a través de un debate concienzudo; por ejemplo,
comencemos por ver el sentido de la votación y calidad del debate de los
legisladores, veamos con que sistema de votación llegaron a ocupar una curul,
conozcamos su labor y no nos dejemos llevar por lo que convocan a opinar los
medios y actores tradicionales; pensemos por nosotros mismos. El resultado tal
vez les sorprenderá.
Lo cierto es, que la gran mayoría de los habitantes de
este #MéxicoLindoyHerido quieren ganar más por el trabajo realizado, por lo que
la consulta para incrementar el vergonzante e insultante salario mínimo es una
obviedad.
Lo cierto es que la #ReformaEnergética y la entrega
del petróleo a las trasnacionales es un asunto que Peña se empecinó en lograr y
que ahora es complejo revertir, a pesar de la consulta. Baste ver los
transitorios de la ley que regula este mecanismo; aunado a que la defensa de
dicho recurso se ha convertido en una bandera que se pelean dos partidos
políticos, a ver quien lleva más firmas y, por ende, más agua a su molino. ¿Y
los ciudadanos?, se van al mejor postor.
Estamos entre reformas, contrarreformas, juicios
personales sobre la productividad legislativa, falta de mecanismos para exigir
cuentas a las autoridades/gobernantes y representantes. Sumidos en un fenómeno
de desafección de la ciudadanía hacia los políticos; en época de falta de
legitimidad del Ejecutivo; en tiempos donde el Poder Judicial está conformado
por seres grises y poco transparentes.
Tal parece que en 2015 estaremos estrenando este
mecanismo denominado consulta popular, pugnemos y hagamos que no se desvirtúe en
una vulgar guerra de consultas.
La cuestión es si los ciudadanos en este tipo de
consultas tendremos la última palabra, por aquello de no acudir a emitir
opinión o seguiremos en las mismas y esto se erigirá en una consultitis auspiciada por políticos
electoreros.
Lo dejo a la reflexión para el intercambio de ideas.
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!