“Existe un aumento preocupante de
la censura online en los gobiernos”
Eric Schmidt
Recuerdo que
hace unos meses, en julio de 2013 para ser exacta, leí una nota que decía que
en 2,765 días Internet sería un derecho y esbozaba inicialmente cinco razones
que perfectamente pudieran complementarse con otras tantas, sobre todo por la
digitalización del mundo y la interconexión cada vez más recurrente.
Aquella, es una
buena nueva que no resulta sorprendente y sí esperada si tomamos como parámetro
que desde 2011, la Organización de las Naciones Unidas resolvió que el acceso a
Internet constituye un derecho humano necesario para el desarrollo personal, el
acceso al conocimiento y la libertad de expresión.
Hoy, en pleno
siglo XXI, así como gozamos de un sinfín de herramientas tecnológicas, también estamos
frente a la censura y candados que los gobiernos intentan poner a Internet. Censura
que no solo proviene de naciones con alto nivel de marginación y escaso
desarrollo económico, sino están incluidos aquellos países que al percatarse de
la elevada inconformidad ciudadana suelen recurrir a argucias legislativas para
prohibir el uso libre de una herramienta tecnológica que nació libre y por
doquier le intentan poner maniatar en aras de la seguridad nacional, un
concepto tan amplio como los miedos de los gobiernos que recurren a este tipo
de medidas, para mantener el control y, por ende, el poder.
Lo que me
recuerda que a 25 años de distancia, el inventor de la WWW (World Wide Web) el científico inglés Tim
Berners-Lee, se ha manifestado al respecto e incluso sugirió que para proteger
la libertad de expresión en Internet, así como los derechos que poseemos como
usuarios y ante el incesante espionaje estatal de la actividad en esta
tecnología, sea creada un acta constitutiva y puso como ejemplo la histórica
Carta Magna inglesa, con el objetivo primordial de garantizar los principios
fundamentales en la red.
¿Qué podemos hacer
como simples ciudadanos? Me preguntaba alguien vía Twitter
y les diré, es posible hacer bastante: informarnos
(aquí lo que está discutiendo el Senado http://www.senado.gob.mx/ comisiones/comunicaciones_ transportes/docs/Telecom/ Anteproyecto_Dictamen.pdf;
por acá un enlace de un colectivo en defensa de internet http://internetparatodos.mx/ ); opinar (para generar y provocar un
debate ciudadano necesario y hacerlo saber a la clase gobernante y
representantes populares); manifestarnos
y actuar (en diversos foros: plaza pública y a través de las redes
sociales, firmar peticiones como la de change.org http://www.change.org/es/peticiones/vs-la-censura-en-la-red-internet-libre-ale-barralesm-jlozanoa-contraelsilenciomx.
El límite y creatividad, la ponemos nosotros mismos.
No perdamos de
vista que en el país somos alrededor de 46 millones de cibernautas, si no
queremos ser callados, es preciso luchar por no perder los derechos conquistados.
Lo que el gobierno
mexicano quiere que pase (censurar legalmente internet) lejos muy lejos nos
pone de Finlandia, país que desde
2010 se convirtió en el primer país que eleva a derecho fundamental el acceso a Internet de alta calidad.
Y nos acerca
cada vez más a otras muy incipientes libertades de países como Arabia Saudita (donde los sitios Web
operan con licencia del Ministerio de Información y Cultura, a renovarse cada 3
años); China (desarrollo su “Gran
Muralla Electrónica” que le da control total del contenido que circula en
Internet); Corea del Norte (es uno
de los más severos tratándose de censuras a Internet); Francia (desde 2013 se aprobó una ley para espiar en tiempo real
las comunicaciones por teléfono e Internet sin orden judicial); Irán (lucha por el desarrollo de su red
interna Halal Internet, que está desconectada a la red mundial lo que permite
el control absoluto); Somalia (en
2013 los islamitas Al Shabaad declararon ilícito el uso de Internet); Turquía (recientemente, en febrero de
2014, se aprobó una ley para permitir al gobierno bloquear cualquier sitio web
sin autorización judicial, ya lo hicieron con Twitter y YouTube); Venezuela (el gobierno ha bloqueado
distintos sitios y obligado a proveedores que filtren la información para no
publicar contenido “sensible”) y otros tantos más.
Desde mi
perspectiva, censurar la libertad de expresión en Internet es la representación
de un gobierno miedoso, ignorante y represor. Mi voto es: ¡a favor de Internet libre
y de alta calidad! ¡No a la censura!
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la
próxima Nornilandia!