@BarbaraCabrera
“La política ha dejado de ser una política de ideales para
convertirse en una política de programas”
Enrique Tierno Galván
En estos
días, profunda nostalgia parece haber invadido a tres personajes de la palestra
pública: Manlio Fabio Beltrones Rivera (conocido en oscuros mundos como “Don
Beltrone”, quien después de sus desavenencias con el Señor Peña, ahora parece
ser su fiel personero); Gustavo Enrique Madero Muñoz (el reconocido “bárbaro
del norte”, quien no destaca precisamente por su diplomacia y buenas maneras);
y, José de Jesús Zambrano Grijalva (distinguido por su ambivalencia, se destaca
como “el chimoltrufio”, al que se le recuerda por su frase: “no le busquen
glándulas mamarias a las culebras”)
Como
pueden ver mis lectores, cada cual es poseedor de características definidas y
unidas para defender a ultranza un pacto que no termina de cuajar en beneficios
reales y palpables. Solo parece favorecer a quien lo integra; aunque se
esfuercen en simular lo contrario.
Para la
desmemoria, es trascendente recordar los amagos de Madero y Zambrano de no
querer continuar, ni saber más de ese Pacto por México; mientras tanto, se
dejan seducir por “Don Beltrone”; quien determinante hacer saber ¡larga vida al
pacto!; se suma la contundencia de Emilio Gamboa Patrón, que sin importar los
quereres ofertados dijo alguna vez: somos mayoría y la mayoría gana.
¡Ese es un
claro ejemplo de la relación amor-odio de la clase política!
Mientras
todo ello ocurre, los ciudadanos a veces proactivos, la mayoría pasivos y
quejumbrosos queriendo que papá gobierno les arroje una tabla de salvación; son
testigos del tiempo y consecuencias de un #MéxicoLindoyHerido: avance de
autodefensas en Michoacán; balaceras a plena luz del día en diversas partes del
país; manifestaciones en contra de las reformas estructurales; autogobiernos y
cogobiernos en gran parte de los centros penitenciarios; secuestros, asesinatos,
fosas clandestinas; la sospecha de que Senadores reciben en su recinto a
Templarios; excesos en el gasto público; prisas legislativas para aprobar
reformas antes de que termine el periodo ordinario de sesiones. ¡El listado se
vuelve interminable!
Dijo alguna
vez P.J. Proudhon “ser gobernado es ser vigilado, inspeccionado, espiado,
dirigido, legislado, reglamentado, encasillado, adoctrinado, sermoneado,
fiscalizado, estimado, apreciado, censurado, mandado; por seres que no tienen
título, ni ciencia, ni virtud”
En este
espacio del planeta, sumadas otras latitudes parece reflejarse esta expresión
¿hasta cuando? ¡Hasta que lo permitamos! Hoy seguimos siendo pocos los que
empujamos para sacar adelante este país, este mundo. Hagámoslo posible. No
seamos solo espectadores de los amoríos de los políticos que mueven y se mueven
por sus intereses. Seamos protagonistas.
Es todo
por hoy.
¡Hasta la
próxima Nornilandia!