@BarbaraCabrera
A
unas semanas de concluir su sexenio, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa
manifiesta “voy a recuperar la sagrada condición de ciudadano” y lo hizo en su
ya conocida gira del adiós; donde ha bromeado, se le ve relajado. Pareciera
vivir en un país de fantasía donde todos los sueños pueden volverse realidad;
lo que tal vez no racionalice el Señor Calderón, es que ese mundo incluye
pesadillas.
Lejos
estamos de recibir buenas cuentas, atrás ha quedado el país del no pasa nada.
Hoy
vivimos un México lindo y herido plagado de desigualdades. Un México donde los
contrastes son evidentes; en él cohabita el hombre más rico del mundo a la par
que más mexicanos ingresan a las filas del desempleo. Un México donde las
noticias que prevalecen están relacionadas con el clima de inseguridad. Un
México donde no hay presupuestos que alcancen porque Don Impunidad que lleva
por apellido Corrupción sigue imponiendo su ley.
Reflexiono
sobre la sagrada condición de ciudadano, bajo la que Calderón Hinojosa dice se
cobijará y me pregunto en voz alta ¿en verdad sabrá lo que implica ser
ciudadano en una nación como la nuestra? Y lo advierto porque ya se dolió de
que tal vez no volverá con la misma frecuencia a las playas de Cozumel –donde
dicho sea de paso vacacionaba con regularidad con su familia- ya que en breve
dejará de gozar de los servicios que le presta la Marina y la Fuerza Aérea,
incluida la casa de la base aérea. ¿Será que las familias que llevan el luto en
su corazones por haber perdido a un familiar o amigo entrañable derivado de los
famosos daños colaterales de una estrategia fallida lo reciban como un
ciudadano más? ¡lo dudo!. O, ¿acaso Felipe Calderón se refiere a tener la
condición de ciudadano en algún país muy, muy lejano? Digo, sabemos de buena
tinta que sus intentos por ingresar a la academia con los vecinos del norte no
ha sido fructífera, lo que es más, ha sido motivo de varias manifestaciones.
23
días para que concluya este sexenio; es cierto, muchos anhelan que eso ocurra,
unos para ver fuera a quien representa un presidente fallido, otros para tomar
posiciones y ejercer el poder a su manera. La cuenta regresiva ha comenzado.
Los cronómetros están puestos.
No
obstante, el futuro se torna borroso. Es incierto. Los retos que como sociedad
tenemos que enfrentar son mayúsculos y se acrecientan cada día. ¿Estaremos a la
altura? ¿Por fin seremos más los ciudadanos activos, proactivos y
participativos o seguiremos siendo los mismos? Y, ¿qué decir del próximo sexenio?
¿qué vislumbramos? ¿qué esperamos? Al tiempo mis lectores.
Mientras
tanto, Felipe Calderón en su gira del adiós escucha los acordes de la Banda
Sinfónica de Zacatecas que entona Caminos de Michoacán, el hijo desobediente y
el corrido de Gabino Barreda. Y en su festín quien pretende erigirse en
ciudadano común y corriente pide le toquen las golondrinas.
Por
hoy es todo.
¡Nos
leemos la próxima! Mientras esto ocurre intercambiemos ideas en la #Twittósfera