@BarbaraCabrera
“Las Redes Sociales no
son Sitios Web. Son experiencias”
Mike DiLorenzo
¿Los
candidatos creerán que a mayor número de seguidores en las redes sociales más
votos tendrán el 1 de julio? ¿Qué tanta influencia tienes las Redes Sociales en
los electores? ¿Son éstas una nueva herramienta para dar seguimiento y evaluar
a los políticos? ¿Las redes serán motivo de un cambio en las formas políticas? ¿Por
qué es importante seguir lo que se dice en las redes sociales?
La
Era 2.0 ha llegado para quedarse, la palestra pública no puede ser la
excepción. Ante ello, surgen diversidad de interrogantes como las planteadas al
iniciar esta Columna Nornilandia; mismas que nos llevarán a delinear y
comprender este nuevo entorno.
Las
redes sociales constituyen un nuevo ingrediente que adereza esta elección
presidencial. Twitter y Facebook conforman dos espacios
virtuales donde las campañas electorales se intensifican, a través de los
cuales la clase política es analizada, seguida, increpada e incluso
vanagloriada. Ambas redes, son motivo de influencia, no solo en el ciberespacio
sino que sus efectos se trasladan y forman parte de la plaza pública y causan
impacto aún en aquellos que no pueden o quieren manejar las Redes Sociales.
Dicha
situación, deriva en una competencia –a veces muy apasionada- tanto de
candidatos como de sus defensores y aliados para generar mayor presencia y, por
ende, obtener adeptos.
Así
tenemos que los cuatro candidatos a la presidencia de la república tienen
presencia en ambos territorios virtuales, donde algunos más que otros buscan
poseer mayor número de followers en Twitter y amistades en Facebook; eso sin entrar a la polémica
de restar de ese número la enorme cantidad de bots que cada cual tiene. Es importante advertir que ello no
necesariamente se traducirá en votos.
Esta
nueva manera de ver y vivir la política se nos presenta como un mundo de
oportunidades. La política deja se ser un sitio donde únicamente interactúan
quienes ahí -de manera habitual- se desenvuelven. Hoy las redes sociales
constituyen un espejo de la plaza pública, además lo que allí se dice
trasciende más allá de 140 caracteres o un muro.
De
esta manera en tiempo real se transmite información, opiniones, propuestas y se
llama la atención no solo a políticos, sino también a los medios de
comunicación tradicionales que antes de la era 2.0 en redes sociales informaban
solo aquello que su línea editorial o interés político permitía. En este
momento no les queda otra que cambiar su estrategia.
Sin
las redes sociales no hubiese sido de nuestro conocimiento la existencia de aquella
enorme bodega en Veracruz perteneciente a la Secretaria de Educación estatal, repleta
de souvenirs propios de la vieja
guardia, de un PRI que se dice “nuevo” pero que con sus actos se empecina en
ofender la inteligencia de los mexicanos y abusar de la necesidad de un sector
necesitado del país.
A
través de las redes sociales se ha confirmado lo superficial de la campaña de Josefina
Vázquez Mota, cuya más reciente aportación es convocar a votar por ella no solo
a las mujeres, sino decirles que lleven a sus parejas y si no quieren entonces
“no habrá cuchi cuchi por un mes”. Al
día siguiente, reitera este llamado al señalar “y si sus parejas van a votar
que haya cuchi cuchi doble por un mes
siempre y cuando ustedes quieran”. Esta parece ser la principal moneda de
cambio que ofrece la candidata para obtener un voto.
Los
anteriores son solo dos ejemplos, los cuales se multiplican. Quienes manejamos
las redes sociales coexistimos con ellos y los que faltan. Estos últimos días
de campañas electorales la efervescencia política será indiscutible.
Mención
especial merece el #DebateYoSoy132 celebrado ayer a las 20:00 horas donde en un
formato de contenidos e innovador participaron 3 de los 4 candidatos
presidenciales. La silla vacía correspondió a Enrique Peña Nieto. La nota a
superar fue las constantes fallas en su transmisión; no obstante en redes
sociales fue posible enterarnos de cuanto ocurrió.
Ahora,
en la Era Política 2.0, los ciudadanos tenemos esta nueva ágora, la cual
aprovecho en esta temporada donde la política esta a la vista de todos para
convocar a emitir su voto este primero de julio; el cual no debe presuponerse incondicional,
ni mucho menos un cheque en blanco o al portador; después de votar, traslademos
nuestro entusiasmo en redes sociales y más allá para ser observantes y
participantes de un cambio que este país nos urge a gritos.
Asumo
que solo dos fragmentos de quienes están en las redes sociales no votarán:
aquellos que prefieren que otros decidan por ellos, los que mejor se callan y
mantienen al margen; por tanto, son pasivos ante una realidad que no se sentará
a esperarlos; y por otros lado los bots.
Así
que no lo duden más, salgan a ejercer su derecho al voto el próximo 1 de julio.
Es
todo por hoy.
¡Nos
leemos la próxima y seguimos el intercambio de ideas en la #Twittósfera!