25 nov 2011

“DE LAS TOMAS DE TRIBUNA AL “MANTAGATE” LEGISLATIVO”

@BarbaraCabrera


Con la Sesión Ordinaria de la Cámara de Diputados celebrada el 21 de septiembre de 2010, se ha confirmado lo que constituía un grito a voces: un personaje de la política llamado Enrique Peña Nieto (GelBoy para algunos), mantiene cooptados los trabajos de ésta Cámara y me atrevo a afirmarlo de esta manera -pese a los detractores que intenten manifestar lo contrario-, debido a que por varias horas, los trabajos congresionales en el Pleno se detuvieron porque a algún o algunos Diputados priístas se les ocurrió arrancar un par de mantas colocadas minutos antes por legisladores panistas, que protestaban por la denominada “Ley Peña” que prohíbe las candidaturas comunes en el Estado de México, que dicho sea de paso es la Entidad que más polémica ha causado, causará y parece seguirá causando rumbo a 2012.

Los Legisladores priístas decidieron de mutuo propio que no van a permitir que a su “líder” lo toquen ni con el pétalo de una crítica.

Este acto (al que le he denominado el “mantagate”) parece ser la firma y el estilo que el nuevo PRI imprimirá a partir de ya. Y tal parece que la ciudadanía hemos vivido una y otra vez situaciones parecidas mas no iguales; desde la famosa interpelación de Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, inaugurando una nueva etapa de vida del parlamento mexicano; al increpar al innombrable Carlos Salinas de Gortari en uno de sus informes presidenciales. Hasta las cada vez más recurridas tomas de tribuna de una u otra bancada, como una manifestación de resistencia civil pacífica.

La pregunta es, ¿Qué acaso a los Legisladores se les olvida que son los representantes de intereses de una sociedad plural y que, por ende, se constituyen en nuestra voz? ¿Por qué en pleno siglo XXI y con los supuestos avances democráticos de los que tanto escuchamos en los discursos políticos no existe la tolerancia de escuchar razones y enfrentar manifestaciones de esta índole al interior de la Cámara? ¿Por qué los priístas parecen no querer entender que la democracia necesita oxigenarse a través de este tipo de manifestaciones?

Sin duda, podemos estar a favor o en contra de que la máxima tribuna del país sea cobijada por mantas, pancartas o por legisladores que la toman por asalto; no obstante debemos tener en cuenta, antes de manifestar una opinión, que el parlamento es el espacio de encuentro y desencuentro de los intereses de la sociedad plural en la que vivimos, intereses representados por los legisladores, que actúan en base a una agenda legislativa, una estrategia política, una situación coyuntural o una necesidad primordial

Un ejemplo claro de ello es el problema postelectoral que vivimos, donde el Frente Amplio Progresista cuestiona con argumentos la legalidad del proceso electoral de aquel 02 de julio y consecuentemente la legitimidad del presidente electo. La coalición electoral convertida en frente opositor ha sostenido que no reconocerá a Calderón y que se mantiene con Andrés Manuel López Obrador como Presidente Legítimo. Y se advierte que el único canal de comunicación que puede existir con el gobierno, es a través del Congreso de la Unión, es decir, por los causes institucionales.

Como observamos en este caso, el Poder Legislativo es nuevamente el espacio para disolver tensiones y resolver conflictos políticos entre los actores del momento, tal y como lo fue en la reforma, en la posrevolución y en el proceso de reforma democrática de los noventa.

Este es pues, nuestro Poder Legislativo, el de los empujones, las tomas de tribuna de uno y de otro bando, el de los acuerdos y el de las unanimidades.


¡Nos leemos la próxima Nornilandia!