@BarbaraCabrera
“El ciudadano ha de ser
ciudadano rebelde y crítico, no puede ser un ciudadano sumiso ni servil”
Pablo Castellano
Esta Nornilandia pensé dedicarla a un
mal endémico mundial a propósito de que el 9 de diciembre se conmemoró el Día
Internacional contra la Corrupción. Un
mal que continúa extendiéndose y que a través de la creación de instituciones y
discursos grandilocuentes los políticos creen combatir y consideran que
nosotros los ciudadanos observantes de los asuntos socio-políticos, creemos ¡nada
más alejado de la realidad! Un tópico que he escudriñado en algunas ocasiones (Véanse: “Corruptolandia” http://bit.ly/132Qfr9; “No corromperás http://bit.ly/1wWPrjT; “¿Corrupción?, ¡No
conozco ese pokémon!”; http://bit.ly/12ncEhP)
No obstante, para ir más allá he
optado por hablar de cómo los ciudadanos podemos y debemos combatirla con
distintas armas que abordaré más adelante. Antes, dejo por aquí el enlace para
que consulten el índice de percepción de la corrupción 2014 que recientemente
ha dado a conocer Transparencia Internacional http://www.transparency.org/cpi2014/results
Dicho lo anterior, vayamos al punto
neurálgico de esta columna.
La semana pasada, concluí mi
Nornilandia afirmando que merecemos tener mejores gobiernos e invito a hacerlo
posible. Buena aceptación, expectativas y dudas generó mi opinión.
En esta tesitura, las preguntas cuyas
respuestas continúan inacabadas y forman parte del debate societal, se
incrementan. ¿Y cómo le hacemos? [Tomando las armas]; ¿Cómo lograrlo? [Siendo
consecuentes]; ¿De que manera participar más allá de las incipientes
herramientas que nos da el gobierno sea a través de la legislación u otras
políticas públicas? [Con nuestras armas político-ciudadanas]; ¿Quiénes y cómo
involucrarse? [Todos, sin excepción]
Me explayo, explico y ejemplifico en
los siguientes párrafos.
Debe quedar claro que la ciudadanía
es mucho más que un conjunto de derechos, a la par de ellos existen una serie
de deberes que incluyen formar parte activa de los asuntos públicos que a todos
atañen. Es aquí donde constantemente hago llamados para construir ciudadanía
observante, proactiva, participativa e influyente en la dirección de su entorno
y, por ende, de su país.
Así que desde estas letras y con mi
ejemplo hago el siguiente llamado: ¡Llegó el momento de que todos tomemos las
armas!
A continuación les comparto algunas
de las mías y la experiencia en su utilización.
a) Pluma e
ideas: me
he armado con estas herramientas para dar voz a quien no se atreve a hablar,
para generar pensamiento crítico,
analítico y reflexivo que aporten a la crítica del poder en sus diferentes
modalidades y por ende, contribuir desde esta trinchera a la construcción de
una ciudadanía observante, proactiva y participativa para rescatar al #MéxicoLindoyHerido
que nos está tocando vivir. Esta arma tiene nombre, se llama
Nornilandia.
b) Twitter y otras Redes Sociales espejo: Estamos en una era digital
donde cada vez más estamos interconectados y a unos cuantos clickeos de distancia. Hoy las Redes
Sociales y esencialmente Twitter marcan
tendencia y han coadyuvado en influir en la agenda socio-política. Como lo he
exteriorizado en varios foros ¡todos los caminos llevan a Twitter, sépanlo! Red
que en estos menesteres nos ayuda a informarnos, opinar, organizarnos para
salir a las calles, inquirir a la clase política en el manejo del país, a dar
seguimiento; y, por supuesto, manifestarnos.
c) Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos: Mientras no tengamos un nuevo Pacto
Social, es menester conocer y hacer uso del texto fundamental, especialmente en
la defensa de nuestros derechos y reconocimiento de nuestras obligaciones, así
como composición institucional de país. Al respecto, pido no olvidar el contenido
del artículo 39 constitucional, así como la Nornilandia llamada “Pasos
hacia la Revocación
de Mandato” http://bit.ly/XyWosf
d) Conocimiento
y divulgación: desde hace tiempo decidí poner mis conocimientos al servicio de la
ciudadanía, de la academia y la investigación; con el objetivo primordial de generar
propuestas, sinergias y debates para construir un mejor país y dejar un mejor
mundo al que encontré. De esta manera se construye ese país que anhelamos y por
el cual salimos cada día, para configurarlo, a través del trabajo y del ejemplo
en sus diversas maneras y estilos.
e) Manifestaciones: para alzar la voz, para
hacer notar el poder ciudadano; herramienta que bien utilizada nos hace pasar
de la indignación a la digna acción. En este sentido, es preciso desterrar esa miedocracia a la que el
gobierno quiere someter a quien se deje, a pesar de las latentes reformas para
circunscribir y legalizar las manifestaciones, desde mi perspectiva esto ya
nada ni nadie lo detiene.
Yo, ya tomé las armas ¿y ustedes?
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!
Estoy a un tweet de distancia, me encuentran como @BarbaraCabrera