21 oct 2015

¡NO ALIMENTES AL #TROLL!

@BarbaraCabrera

Cuando describimos la realidad del fenómeno socio-político en Twitter y alguna que otra red social, es relevante advertir que no estamos solos, de manera recurrente somos observados por aquellos que actúan por iniciativa propia o alquilados para combatir y defender a cierto gobernante, dirigente o político; que temerosos de lo que las Redes digan de ellos, su gobierno o desempeño, lo cual incluye acciones u omisiones, se arropan de encapuchados de la red para protegerse; a estos singulares personajes los conocemos como trolls y atacan sobre todo en el terreno político.
En el caso mexicano se conocen como peñabots, los cuales surgieron a raíz de las elecciones 2012, constituidos como arma política multifuncional; es decir, son rentables desde el apoyo brindado a su político, hasta combatir a quienes se organizan y protestan, atacando así a usuarios críticos. Cuenta la leyenda, que han llegado para quemarse y quedarse.
En esta tesitura, en esta Nornilandia, les explico de qué va la naturaleza de estos personajillos, para estar alertas y saber como coexistir con ellos, dicho sea de paso lo que leerán a continuación, es una de las tantas cuestiones que abordo en mi nuevo libro llamado “ABC de Twitter”.
¿Qué es eso de Troll? ¿En general, qué significa en Internet y en Twitter en particular? Para esclarecer esta duda comento que trol o troll describe a una persona que publica mensajes provocadores, irrelevantes o fuera de tema –en el caso específico que nos ocupa, en Twitter- con la finalidad de alterar a otros usuarios y lograr confundir, enfadar, provocar sentimientos encontrados en los demás.
Aunque esta definición parece ser muy clara, lo cierto es que si de trolles hablamos, estamos ante un ente cuya definición es subjetiva, ya que unos pueden calificarlo así, mientras otros consideran que se está ante un usuario que con sus mensajes contribuye a un debate determinado, aunque sea causando controversia.
Vayamos por partes, primero distingamos cuáles son las características distintivas de estos personajes para que cada uno de nosotros los cataloguemos y hagamos uso de la regla de oro muy extendida en Twitter que dice Don´t feed the troll traducida como no alimentes al troll, ¿preparados? Va a continuación la información:
Por sus motivaciones los conoceréis, así que veamos que mueve a estos sujetos a actuar como tales; sus estímulos son diversos, intentemos comprender su comportamiento, pero no por ello lo justifiquemos.

Conozcamos algunos ejemplos de sus impulsos:
Gustan de romper límites sabedores que no hay consecuencias serias, ya que se guardan tras el anonimato.
 Buscan distraer la atención de algún tema álgido y por ende, minimizar los efectos de ciertas informaciones.
 Aman ser el centro de atención y harán lo que sea por conseguirlo, provocan para autopromoverse.
 Les parece jocoso hacer desatinar a los demás con sus comentarios desafiantes.
 Gozan de hacer perder el tiempo a los demás usuarios, incitando para que respondan a sus mensajes incendiarios.
Pretenden modificar la opinión de otros tuiteros/as.
 Su naturaleza en la vida real es hostil y la suelen trasladar al mundo virtual, en este caso a la Twittósfera.
Algunos suelen ser acosadores de tuiteros/as en especifico, haciéndolos sentir incómodos por su simple presencia.
Salen en ayuda de otros, a veces de manera gratuita; en ocasiones bajo sueldo.
Constituye para ellos un desafío y anhelan hacerse de un prestigio como trolles “profesionales”.
Los ejemplos de motivaciones anteriores, nos encaminan a saber que podemos englobar a los trolles en dos grandes grupos:
Los disruptivos: Son aquellos cuya función primordial es causar rupturas en Twitter entre usuarios unidos en alguna causa o ideología; lo intentan lograr a través de lanzar mensajes ofensivos o sacar un tema de contexto.
Los que buscan atención: Este espécimen tuitero/a utilizará tweets provocadores/ofensivos para llamar la atención de otros usuarios, buscando con ello tantas respuestas como sean posibles y con ello atraer una cantidad desmedida de atención colectiva.
En definitiva, es posible resumir en los siguientes puntos la manera en que podemos identificar a un troll, tomen nota:
Suelen tener fijación hacia ciertos usuarios y eso lo podemos constatar revisando su timeline.
Se crecen cuando sus víctimas o defensores de éstos les contestan, lo que les permite intensificar sus ataques.
No tienen como objetivo establecer un diálogo, solo provocar a través de sus tweets.
 Regularmente, dirigen sus ataques a tuiteros/as con muchos seguidores, ya que si caen les generará audiencia y notoriedad.
En ocasiones suelen ser usuarios con muy pocos seguidores y tienen como avatar un huevo.
Para finalizar este punto, veamos cómo se puede hacer realidad esa regla de oro tuitera que implica no alimentar al troll, estemos atentos porque es muy fácil caer presas de este tipo de fauna tuitera, van las siguientes recomendaciones:
Simplemente, si alguien te insulta; evita contestar.
En caso de duda, revisa el perfil y los últimos tweets de quien busca provocarte, para que determines si se trata de un troll o simplemente de alguien que no coincide con tus ideas y pasa por un mal momento.
Como este tipo de personajes gustan de llamar la atención, apaga sus ánimos ignorándolos.
En caso de un acoso constante y persistente, recuerda que Twitter nos da la opción de bloquear o silenciar usuarios; en casos más serios, repórtalos como spam.
Si estamos ante una situación grave, lo conveniente es denunciarle ante la policía cibernética por la posible comisión de un delito; y ante Twitter, para que le suspendan la cuenta.
Sigamos caminando a través de este ABC de Twitter, donde los invito a que platiquemos de tweets a tweets, convocando a que nos encontremos en la Twittósfera, a mí me encuentran a un tweet de distancia como @BarbaraCabrera
Como este tema, en mi más reciente libro ABC de Twitter encontrarás tópicos ágiles y novedosos para saber cómo sacar el mayor provecho a la red de los 140 caracteres. Pide el tuyo enviando un correo a paideiamx@gmail.com [si lo deseas con autógrafo de la autora, no dudes en hacerlo saber]
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!