24 jul 2013

“SAN PEDRO DE LOS SAGUAROS”

@BarbaraCabrera

“¡Pst! el país está ahí esperando ¿le digo que se siente o qué?”
#MafaldaQuotes

Un día cualquiera en un  lugar muy, muy lejano de cuyo nombre no quiero acordarme es que tiene lugar esta Nornilandia.
En ese territorio existía un grupúsculo dispuesto a dirigir las vidas de su población. Ellos tenían como “líder” a un señor entusiasta de blonda cabellera que dejaba ver en sus discursos un optimismo e ignorancia exacerbada; y aunque solía repetir las mismas  expresiones: “vamos bien”, “empleos para todos”, “viene más inversión extranjera”, “los índices delictivos van a la baja”, “aguanten mis muchachos”; entre otras. Contaba con un club que se hacía llamar “los aplaudidores” que se rentaba al postor en turno, y tenía por característica su sobrada ingenuidad para intentar demostrar estar en jauja, aunque sus alrededores demostraran lo contrario.
A la siniestra de quien se erigió “líder”, se encontraba el buitre de los dineros que tuvo la idea de comprar un costal muy grande para recaudar más dinero en un pueblo paupérrimo.  Es importante decir que aún en esta condición, largas filas se formaban frente al escritorio de tan funesto personaje para entregar hasta lo que no se tenían sin saber el destino de lo recolectado.
Y para que los pobladores de San Pedro de los Saguaros no chistaran ante las tropelías del grupúsculo aludido, éste ha montado un circo cuyos personajes parecen extraídos de una bizarra película de bajo presupuesto: Un Mr. Bean y sus correligionarios peleándose por migas, dando un auténtico espectáculo callejero; los juniors de la política que se sirven del poder de sus padres, el cual les vale para salir en revistas de sociales que apaciguan a la prole que en sus fantasías anhela vivir así; los nuevos ricos cuya fortuna se amasó desde el gobierno, sin que nadie viera ni manifestara nada; las veletas públicas que se venden a pactos mañosos; personajes poderosos que son encarcelados para tranquilizar los ímpetus de los críticos. A quienes de manera involuntaria se sumaron Ladys, Gentlemans, simuladores, corruptos de medio pelo, entre otros actores secundarios.
Esa parafernalia la completaban programas de gobierno orquestados para mostrar obras de relumbrón y resultados mediáticos. En los alrededores se mantenían expectantes de este pintoresco lugar, se decían ajenos, aunque bien sabían que coincidían en ciertas actuaciones.
Cualquier parecido con el San Pedro de los Saguaros del filme “La Ley de Herodes”, donde cohabitan Doña Lupe, el Ciudadano Vargas y compañía es mera coincidencia.

¿Ésta historia continuará?
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!