@BarbaraCabrera
“En vez de
concederle a un político las llaves de la ciudad, más valdría cambiar la
cerradura” Doug Larson
Una
expresión que seguro suscribe un porcentaje importante de la población ante la
situación actual y no es para menos. Aquí en #MéxicoLindoyHerido y en todo el
orbe vivimos un fenómeno de desafección que indica que un porcentaje cada vez
más alto de la población en todo el mundo expresa desinterés, desconfianza y
alejamiento respecto de la política y de los políticos.
En
este haber de hartazgo y crispación socio-política tenemos apellidos que de
solo escucharlos provocan ese malestar.
Las
consecuencias provocadas por ésta situación no se han hecho esperar, una de las
cuales es postular animales a puestos públicos: perros, gatos, burros y ratas
dicen “yo quiero” a los puestos políticos. Acontecimiento que no es novedoso,
solo se ha potenciado y divulgado por el poder de las redes; uno de los
primeros casos data de 2009 cuando en Jalisco se postuló un perro de raza
pitbull conocido como Fidel “el candidato de la perrada” con lemas como: “no
voy tras el hueso”, “di no a la mordida” y “no soy gato de nadie”. A partir de
mayo de 2013 surge el Candigato Morris en Xalapa, Veracruz; según se advierte,
como una opción para aquellos que están cansados de votar por ratas; de ahí
saltan a la palestra pública el Burro CHON en Ciudad Juárez y el CANdidato en
Oaxaca, quien confiesa que sí va tras el hueso. Seguramente al momento de
publicar esta Nornilandia otros tantos serán “destapados”. Ya veremos.
Otra
consecuencia más de esa desafección, la provocan de manera reiterada y
constante los políticos al aplicar las mismas prácticas anquilosadas que nos
pretenden vender como nuevas. Ya desde tiempos de Vicente Fox supimos muy bien
que se avecinaba una “nueva” clase política: la farandulera, aquella que llega
y se sostiene con alfileres y campañas rodeadas de mercadotecnia, televisión,
así como pactos por aquí y pactos por allá.
Aunado
a todo ello -y por si fuera poco- están aquellos que siendo representantes
populares, consideran novedoso y adecuado entregar las llaves de la ciudad que
gobiernan a Jesucristo, recordemos quienes son en orden cronológico: Enrique
Pelayo Torre, alcalde de Ensenada, Baja California (agosto de 2012); César
Garza Villareal, alcalde de Guadalupe, Nuevo León (diciembre de 2012); Rodolfo
Ambriz Oviedo, presidente municipal de Benito Juárez, Nuevo León (enero de
2013); y el caso más reciente Margarita Arellanes Cervantes, presidenta
municipal de Monterrey, Nuevo León (junio de 2013)
Lamentable
situación en un Estado de Derecho, donde se pretende y hace creer a quien los
ovaciona que con rezos y encomendándose a un ente las cosas encuentran
solución. ¡Nada más alejado de la realidad! Cada cual tendrá sus creencias, muy
respetables por cierto; pero éstas forman parte del fuero interno del ser
humano, no constituyen herramientas de gobierno.
Nos
cansamos de la corrupción, impunidad y complicidad, es cierto. La manera de
comenzar a resolverlo es dejarnos de simulaciones, actuar y hacer lo que nos
corresponde. Sólo así esto comenzará a funcionar con miras a ser rescatado.
En
conclusión: necesitamos más y mejor ciudadanía, con todas las implicaciones que
ello conlleva y representa.
Por
hoy es todo.
¡Nos
leemos la próxima Nornilandia!