21 ago 2012

“PERFORMANCE POLÍTICO”


@BarbaraCabrera

“La política es el departamento  'Espectáculos' de la industria”
Frank Zappa

…Tercera llamada… ¡comenzamos!... Y con ustedes, directamente de la Ciudad de México, Javier Sicilia Zardain de 56 años de edad, en su papel de poeta-activista. Del otro lado, importado de tierras michoacanas –Morelia para ser exactos- llega el cumpleañero Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quien recientemente alcanzó los 50 años y desde 2006 despacha en Los Pinos; y desde Comitán de Domínguez Chiapas; lugar conocido como tierra de la libre expresión, arriba la normalista Elba Esther Gordillo Morales la más longeva de los tres al contar con 67 años y ser la del colmillo político más afilado.
Éstos mis lectores, son tres de los actores principales de este performance político presentado en este número de Columna Nornilandia.
Se abre el telón y el primero en aparecer es Javier Sicilia quien se ha caracterizado en los últimos tiempos por estar presente en los mejores eventos; se le reconoce por su performance “besando e increpando a los 4 candidatos presidenciales”; ahora busca su internacionalización con su más reciente show ante el sheriff Joe Arpaio de Maricopa, Arizona; a quien fue a reclamarle su maltrato a los inmigrantes, el trato inhumano en las prisiones a su cargo; le habló de la legalización de las drogas y hasta trajo a colación el asesinato de su hijo. Lo que olvidó Sicilia es que al personaje estadounidense en cuestión ya se le investiga desde 2007. Culmina el poeta invitando una “chelas” al controvertido sheriff. Adjetiven ustedes la actuación de Sicilia.
Tras bambalinas podemos observar a Felipe Calderón, quien hizo su debut en este performance político con el entrañable “haiga sido como haiga sido”; ahora instalado en su “gira del adiós” intenta incorporar en su rutina elementos graciosos. Recientemente, ante unos 200 espectadores resurgidos de la era mesozoica de los que relucen personajes como: Diego Fernández de Cevallos, Pedro Joaquín Coldwell, Joaquín Gamboa Pascoe, Beatriz Paredes, Ricardo Martín Bringas –director general del Grupo Soriana-, Agustín Coppell; entre otras finas y destacadas personalidades; ha integrado a su anecdotario y repertorio declaraciones como: “Con ella –refiriéndose a Margarita Zavala- me saqué la lotería… y ella conmigo se sacó el reintegró”; “me propongo a escribir varios libros, dar conferencias; trabajar y formar un patrimonio para mis hijos… ¡y lo que me de la gana!”. Ahí les dejo estás palabras mis lectores, juzguen ustedes.
Finalmente, el escenario se colma de la figura de Elba Esther, sempiterna lideresa de la “educación” en México, vieja lobo en tierras de politiquerías donde se mueve a placer y sin titubear desde 1970 cuando comienza su carrera política en el PRI. Tal vez la recuerden por clásicos como “influencia AH1MLN1” y más recientemente por “2 mil 35 mil”. En su más nuevo y exclusivo performance –ya que trascendió se llevó a cabo solo ante una docena de normalistas en Nuevo León-  supuestamente nos deleitó con una emotiva pre-despedida del Sindicato de Trabajadores de la Educación (SNTE) al cual ha dirigido por 22 años, bajo el argumento de que se siente cansada y desea salir por la puerta de la sala, no de la cocina. Luego se supo que solo fue una pantomima con altas posibilidades de llamar la atención; situación que ella misma desmintió unas horas después con un “son rumores” aunque no respondió de manera contundente si dejará o no el SNTE, manifestó que será el Congreso Nacional del Sindicato quien decida. Esos titubeos ¿Serán la crónica de una SEP anunciada? ¿Recuerdan que en la segunda etapa de la campaña electoral trascendió que siempre sí pactó con EPN? Ya veremos en pocos meses hacia donde dirige su poderío.
Cae el telón de este performance político, el público expectante se pone de pie con aplausos ensordecedores; aunque no se sabe si es debido a que algunos de los protagonistas de este show en unos meses dicen se bajarán de la palestra pública; o tal vez sean de esos aplaudidores que sin ton ni son enaltecen a quien creen admirar.

Por hoy es todo.
Nos leemos la próxima Nornilandia.