7 sept 2011

"NO CORROMPERÁS"


@BarbaraCabrera

“La corrupción es un vicio de los hombres, no de los tiempos”
Séneca


Es evidente que en México lindo y herido transitamos por una etapa álgida, donde enfrentamos todos los días acontecimientos donde la inseguridad es el punto neurálgico y tal parece que unos hechos superan a los otros y esto es el cuento de nunca acabar: “Pedirán al gobierno PRD y PT informe si compra Pemex-Repsol fue legal”, “Disminuirá inundación en Cuautitlán en 12 o 15 días, estiman Conagua y Edomex”, “Se violentó legalidad en San Lázaro al dividir año legislativo en 3 periodos”, “Avalan en la Cámara de Diputados hasta 18 años de cárcel por robo de hidrocarburos”, “Próxima semana emitirá la Secretaria de Gobernación informe sobre propietarios de casinos”, “Crea Felipe Calderón Procuraduría de Atención a Víctimas”, “Procuraduría no investigará a Zeferino Salgado y Adalberto Madero por supuestamente recibir pagos millonarios de casinos”, “En 2012, IMSS solicitará 330 mil mdp para hacer frente a jubilaciones” y así podría seguir enumerando parte de los eventos nacionales.

Por lo que, a través de un ejercicio reflexivo y para generar el pensamiento crítico, en esta Nornilandia comienzo planteando las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la raíz de esos problemas? ¿Existe un punto común entre los males que nos aquejan? ¿Será que nosotros formamos parte de esos obstáculos al progreso o solo corresponde a los gobernantes? ¿Podemos hacer algo para superarlo?

Diré que la coincidencia de esas dificultades que nos agobian se llama corrupción. Algunos dirán que sostenerlo es una respuesta fácil y obvia. Les diré mis lectores, es todo lo contrario toda vez que las 10 letras que hilan esa palabra encierran un fenómeno de alcance global; es decir, no es un “Hecho en México”, sino que sus alcances son mundiales.

Proporciono la definición de corrupción partiendo desde su etimología, al provenir del término latino corruptio que significa alteración, es decir, modificación o descomposición de algo ya existente. Se advierte que en el momento que una función es alterada de su cauce normal existe corrupción, por lo tanto, ésta se da en aquellos actos que se realizan de manera indebida y fuera de la norma. En esta tesitura podemos decir que México lindo y herido está inmerso en la corrupción y ello no se puede ocultar.

¿Y cuáles son sus efectos?, veamos:

En lo social, esta tiende a acrecentar desigualdades, promoviendo la injusticia al dar prioridad a aquellos que pueden pagar una dádiva para agilizar algún trámite o servicio.

En lo político, se pierde credibilidad, se acrecienta la falta de legitimidad del sistema político.

En lo cultural, nos aleja de los valores éticos y hábitos de educación de la conducta ciudadana.

En lo económico, distorsiona los presupuestos, afecta la operación del comercio, es factor de un déficit fiscal, en suma merma la economía.

En la administración pública, produce el desvio y derroche de recursos públicos, las instituciones públicas se tornan ineficientes por lo que se incumplen objetivos y metas en los programas de gobierno.

Este es el prisma quintudimensional de esa descomposición llamada corrupción, un mal que no requiere unos simples analgésicos al ser considerada una enfermedad mortal para el progreso de una Nación. El problema debe atacarse de raíz, para ello no debemos dejar a la clase política gobernante recetarnos a través de un discurso, de una política pública delineada atrás de un escritorio o de una ley negociada entre grupos parlamentarios como es que se erradicará; nos ha quedado claro que son incompetentes.

Es momento de la ciudadanía; tiempo que seamos nosotros quienes participativos, activos, propositivos… generemos ese cambio imperioso que será nuestro legado a generaciones venideras en este México lindo, para que deje de estar de una buena vez y para siempre herido.


Es cuanto.

Nos leemos la próxima Nornilandia!