@BarbaraCabrera
“Pásele, pásele ¿Qué busca? Si no lo tengo se lo consigo, si no le sirve se lo cambio”
Frase típica tepiteña
La entrega de esta Nornilandia es muy especial, por diversas razones: la primera, porque representa la número 100 y por ende el esfuerzo diario de comunicar de manera informada a través de las palabras, convirtiéndome en voz de aquellos que no se atreven a manifestar su opinión; una segunda razón es porque, con esta Columna inicio una nueva etapa, la que de manera paulatina conocerán mis lectores; y, la tercera y más importante es que va dedicada a mi principal crítico, maestro de vida y lector constante: mi padre del cual me siento muy orgullosa y del que herede el amor y la pasión por el conocimiento.
Abordar el tema de Tepito, me ha llevado a investigar datos e intentar recrear situaciones y eventos. Lo que llamó particularmente mi atención es la manera en que es percibido uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México, ubicado en la delegación Cuauhtémoc y debido a su importancia cuenta con una estación de metro en la línea B, de éste se dice mucho; se han escrito las más elocuentes líneas, unas veces vanagloriándolo, otras tantas denostando su existencia. Que si es peligroso; está plagado de comercio ambulante; sus habitantes son muy unidos; en él se encuentra de todo; que sus mercancías son de bajo costo. Lo que es un hecho es que en Tepito se entretejen historias de la mexicanidad.
Estamos inmersos en paradigmas difíciles de romper, ¡cuantos años se ha llamado chilangos a los nacidos en el Distrito Federal de una manera peyorativa!; afortunadamente se ha modificado a través del tiempo. ¡Fuera estereotipos señores!
Por esta razón, hablaré de las aportaciones de este representativo barrio al contexto no solo local, sino nacional y porque no decirlo, internacional.
Su relevancia cultural es innegable la cual ha sido subrayada por distintos escritores, pintores, músicos tanto del país como extranjeros. Su cultura popular es digna de los estudios sociológicos más exhaustivos: posee una secta única con el culto a la santa muerte; contrario a lo que muchos piensan posee una vida nocturna intensa por el simple hecho de colindar con Garibaldi, zona de mariachis. Es importante no olvidar la emblemática novela de Oscar Lewis llamada Los Hijos de Sánchez, ocurre en Tepito. Además, es escenario de la novela La esquina de los ojos rojos de Rafael Ramírez Heredia publicada en 2005.
Si de personajes célebres se trata, Tepito tiene aportaciones valiosas que no requieren mayor presentación: Ricardo Rocha; Cantinflas; El Huracán Ramírez; El Místico; Cuauhtémoc Blanco, Raúl “Ratón” Macías, por mencionar a los más emblemáticos.
Las formas de expresión verbal y no verbal se han transformado de manera interesante, abonando a la cultura local tepiteña, en ella se denota la creatividad de sus habitantes al crear albures, códigos, entonaciones y colorido a lo que se conoce como picardía mexicana.
Díganme ustedes ¿Qué barrio puede presumir de aportar sus vivencias, formas de expresión, su gente, escenarios para ser protagonista de la historia?
Para conocer más de la cultura tepiteña: ingresen al siguiente enlace http://www.barriodetepito.com.mx/ contiene información relevante para entender y querer Tepito. Además existe un interesante artículo de la Revista Letras Libres http://www.letraslibres.com/index.php?art=12455)
Me atrevo a afirmar que un barrio es su gente y no las etiquetas que cada cual suela darles.
Concluyo con palabras de Alfonso Hernández, cronista de Tepito: “al obstinado barrio de tepito nos siguen llegando estudiantes de todas las carreras para corroborar si es cierto que México sigue siendo el Tepito del mundo, y Tepito, la síntesis de lo mexicano”
Un placer compartir con ustedes.
¡Nos leemos la próxima entrega de la Columna Nornilandia!