13 ene 2011

"CORRUPTOLANDIA"


@BarbaraCabrera

“En todos los hombres está presente la corrupción: sólo es una cuestión de cantidades”
Carlo Dossi


Inicio con esta frase contundente que estoy cierta poco podrá ser refutada, en virtud de que la corrupción, es un mal que aqueja varios aspectos de la vida de un ser humano, y se extiende no sólo en el ámbito público sino en el privado. Esta problemática es tan amplia y diversa que no debe ser enfocada a un solo punto de vista. Todas las perspectivas de su estudio son relevantes y ninguna es privilegiada, así desde lo jurídico, político, médico, cultural, deportista, financiero, moral, académico, familiar y un amplio etcétera tenemos corrupción.

¿Y que es? ¿Podemos salvarnos de ella? ¿Cómo dejar de vivir en corruptolandia sin morir en el intento? ¿Qué tan enquistada está en México?

Primero refiero que la Real Academia Española advierte que el término en cuestión proviene del latín corruptio – onis y la cuarta acepción es la que interesa para esta Columna Nornilandia y cito: “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”

Un estudio del área de filosofía de la UNAM afirma una situación la cual es importante tomar en consideración “el ciudadano mexicano es corrupto porque su sociedad (sus instituciones, sus hombres públicos, su organización política y social, su vida cultural y académica, etcétera) está corrompida y porque, salvo en casos excepcionales, él sencillamente no puede escapar a su medio ambiente”

Es un fenómeno sumamente interesante y complejo de estudiar. Sus causas, efectos, manera de presentarse y erradicarse se han planteado por décadas. Y es conveniente, distinguir entre causas sociales de la corrupción y factores individuales que la propician. Las causas sociales tienen que ver con los factores que no dependen propiamente de nosotros y de los cuales no podemos huir y son, entre otros, los siguientes: a) legalidad absurda, b) impartición de justicia viciada, c) deterioro económico y d) falta de igualdad ante la Ley. Los factores personales son un tanto ambiguos, ya que tienen que ver eminentemente con cuestiones morales: corrupto es el que no se avergüenza de obtener algo que no merece.

¿Cómo andamos en el país?. Para responder de la manera más adecuada, he consultado el Ranking de países según el índice de corrupción publicado por Transparencia Internacional y para no complicar el asunto más de lo necesario, únicamente me referiré al caso México.

En este índice, nuestro país ha estado calificado con muy malas notas. El histórico comienza en 2002 con 3.6 mismo que se mantiene hasta 2004. Para el 2005 baja a 3.5, sufriendo un descenso en 2006 con 3.3. Y parecía que ya íbamos mejor cuando en 2007 y 2008 incrementamos la calificación a 3.5 y 3.6 respectivamente; cuando de nueva cuenta en 2009 descendemos a un deshonroso 3.3. En 2010 la posición que ocupamos es la 98 de 180 países evaluados con una calificación reprobatoria de 3.1. Los números no mienten y hablan por sí solos.

Y… ¿Cómo se combate?, si bien es cierto no existen soluciones absolutas ni una receta mágica para desaparecerla. Algunos autores, con los que coincido manejan algunos factores como: tener leyes más severas; vigilancia en la impartición de justicia; programas gubernamentales de recuperación económica; democratización y cambios de grupos en el poder; promoción de determinados ideales políticos y de interés público; renovación de los programas de educación, entre otros.

Finalizo preguntando y deseo me respondan ¿se puede vivir en la corrupción sin por ello necesariamente ser una persona corrupta?


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Es todo por hoy, ¡Nos leemos la próxima!