Dra.
@_BarbaraCabrera
“No les voy
a fallar”
Andrés
Manuel López Obrador
(Presidente
electo de los Estados Unidos Mexicanos para el sexenio 2018-2024)
“Protesto
guardar y hacer guardar la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de
ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo
me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión ; y si así no lo
hiciere que la Nación
me lo demande” esta es la fórmula –que estatuye el artículo 87
constitucional- que el Presidente electo repetirá ante el Congreso de la Unión , con el objetivo de tomar posesión de su
cargo a partir del 1 de diciembre de 2018, el cual finaliza el 30 de septiembre
de 2024, dos meses menos de lo acostumbrado, y será así debido a la reforma
política-electoral de 2014.
Es de llamar la
atención que en 2012, meses antes de concluir el sexenio de Felipe Calderón se
llevó a cabo una reforma que agregó dos párrafos a dicho numeral, y que por su
relevancia cito textuales:
“Si por cualquier
circunstancia el Presidente no pudiere rendir la protesta en los términos del
párrafo anterior, lo hará de inmediato ante las Mesas Directivas del Congreso
de la Unión.
En caso de que el
Presidente no pudiere rendir la protesta ante el Congreso de la Unión , ante la Comisión Permanente
o ante las Mesas Directivas de las Cámaras del Congreso de la Unión lo hará de inmediato
ante el Presidente de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación ”
¿Por qué ocurrió
dicha inclusión al texto Constitucional? A continuación, algunos datos para la
desmemoria:
Felipe Calderón, rindió
protesta en medio de enérgicas protestas, toma de tribuna y entre consignas
ciudadanas de ¡espurio! ¡espurio! y para hacerlo llegó por la puerta trasera
del Congreso. Su toma de posesión fue exprés, la ceremonia de traspaso de poder
duró solo cinco minutos. “Haiga sido como haiga sido” Felipe inicio y concluyó
el sexenio.
Luego, llegamos al
sexenio del Peñismo Abstracto https://bit.ly/29ozYkc liderado
por Enrique Peña Nieto, quien de puntillas llegó a San Lázaro, para rendir
protesta, previo acuerdo de la
Junta de Coordinación Política para facilitarle fuera ungido
el nuevo inquilino de Los Pinos. No hubo discurso de Enrique, los
posicionamientos de los grupos parlamentarios se dieron sin la presencia de
Peña. El ritual en el legislativo duró apenas 5 minutos, luego, Peña Nieto fue
custodiado y escoltado rumbo a Palacio Nacional donde en un ambiente de
artificial armonía creado ex profeso,
tomó protesta a los integrantes de su gabinete. Mientras esto acontecía,
manifestantes y fuerzas de seguridad se enfrentaron con gases lacrimógenos,
balas de goma y petardos.
Para algunos la Presidencia de la República es considerada
como el poder máximo donde los Tlatoanis son idolatrados. Espacio desde donde
se mueven los hilos de la vida nacional. Panorama de México que se extiende a
América Latina. Ahora bien, tratándose del caso mexicano, haré referencia a los
titulares del Poder Ejecutivo más recientes:
a) Con Vicente
Fox la presidencia fue una chacota, como si los ciudadanos tuvieran a un bufón
para divertirse, personaje que permitió a su primero vocera y posterior esposa
Doña Marta Sahagún, hiciera su malévola voluntad. Hoy Fox manotea para que no
le quiten su privilegiada pensión y está dispuesto a pactar con quien se deje.
b) Todo cambió
con Felipe Calderón que llegó con mano firme, junto a una gris y discreta
pareja presidencial que aspiró a La
Grande , por la vía “independiente” (léase aquí la
columna “El problema de Margarita” https://bit.ly/2qqfmku)
c) Ni que decir
de Enrique Peña Nieto, a quien una y otra vez el pueblo le ha exigido su
renuncia, quien optó por acompañar su mandato con una “primera dama” cuyos
méritos –además de ser la esposa de- es ser actriz jubilada de televisa, a la
que se conoce como “Gaviota”.
En este momento,
concluido el proceso electoral, el más complejo de la historia contemporánea de
México, resultó electo como titular del Poder Ejecutivo, Andrés Manuel López
Obrador, quien ejercerá el cargo de Presidente de la República durante seis
años. Por lo que es imprescindible hablar y poner sobre la mesa de debate la
figura presidencial, la que de suyo resulta polémica por múltiples razones,
principalmente por la manera de ejercer y servirse del poder, aunado al sinfín
de facultades y canonjías implícitas al cargo.
¡Hazte presidente
para llevar una vida de holganza, y de Pachá una vez concluido el mandato! Por
fortuna en esta ocasión –después de muchos sexenios- la historia y los abusos
cesarán. Se avizora un nuevo rumbo.
La fórmula del 87
constitucional, que desde su inclusión en la Constitución Federal
se ha constituido en una mera declaración de amor constitucional, ya que no
existe mecanismo para que la Nación le demande su falta de lealtad al pueblo y
de patriotismo a quien toma posesión de dicho encargo, llegará a su fin, ya que
López Obrador ha dicho que –tal como lo hizo cuando fue Jefe de Gobierno del
Distrito Federal- se someterá a la revocación de mandato porque “En la
democracia, el pueblo pone y el pueblo quita”.
Sin duda, la llegada
de Andrés Manuel constituye un oxígeno a la de por sí rudimentaria democracia,
cuyos mecanismos –hasta hoy- son movidos a su antojo por el
neoliberalismo salvaje.
En esta época convulsa, la figura
presidencial tendrá una nueva perspectiva. Desde ya, el presidente electo ha
puesto sobre la lupa las canonjías de los ex mandatarios –incluida la jugosa pensión
a ex presidentes-. ¡Tal parece que por fin esta investidura dejará de ser
utilizada en contra de los intereses de la Nación y representará al pueblo! Ahora –sin
otorgar un cheque en blanco- toca trabajar codo a codo con AMLO y su equipo,
contribuyendo desde nuestra palestra para la cuarta transformación de México.
No sé ustedes, pero estoy muy
contenta, con ánimo festivo; pues después de 3 sexenios podré llamar a alguien
Presidente. Los invito, pues, a sumarse para que Juntos Hagamos Historia.
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!