@BarbaraCabrera
“El único
presupuesto bueno es el presupuesto equilibrado”
Adam Smith
Días
polémicos, de jaloneos. Momentos de discusión, debate y defensa para unos y de
planchaduría legislativa para otros.
Por
la Cámara de Diputados y el Senado de la República transitó la temida Reforma
Hacendaria que incluye todo un paquete económico a reformar: modificación a los
artículos 4 y 132 de la Constitución, creación de 4 nuevas leyes, la abrogación
de 2, cambios a 15 ordenamientos legales, iniciativa de Ley de Ingresos y
proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2014.
Destaca
la aprobación a la Ley de Ingresos de la Federación 2014 por 4 billones 470 mil
259 millones de pesos para el próximo ejercicio fiscal. Los centavos y pesos
han sido contados pa' que alcance.
No
obstante, el desenlace es el mismo año tras año: ¡no hay presupuesto
suficiente! En un país con altos niveles de corrupción, impunidad y complicidad
esto no es extraño.
Una
de las consecuencias que rodeará todo ello son los gasolinazos. Ellos le llaman
deslizamiento mensual de las gasolinas para cubrir un boquete financiero de 55
mil millones, todo porque no se aprobó el IVA a colegiaturas, hipotecas,
rentas, compraventa de viviendas, entre otras modificaciones.
Desde
Los Pinos el señor Peña ha dicho “más que nuevos impuestos, lo que tratamos es
cerrar los privilegios que algunos tenían y les significaba pagar menos
impuestos” y me pregunto al igual que millones de mexicanos ¿será que ellos se
incluirán y harán lo mismo con empresas como Televisa? ¿o de manera maniquea
seguirán formando parte de un casual régimen de excepción? ¡Los excesos y
derroches disfrutados desde el presupuesto están documentados y son evidentes!
Los
que se fueron con el regreso del PRI- léase el PAN- ahora acusan, hablan
fuerte, se manifiestan. Advierten que la Reforma Hacendaria contiene “impuestos
tóxicos”, a la par que siguen firmes y dicen sí al Pacto por México. Así de
ambivalentes, lo cual se antoja como una soez moneda de cambio.
Lo
que es real, es que cualquier impuesto, gravamen, producto o aprovechamiento
recaudado que no esté bien encauzado, no será bueno.
Más
allá de ver como valientemente los políticos digan asumirán los costos de
cuenta reforma se haga; nosotros los ciudadanos exigimos resultados que
verdaderamente se reflejen en calidad de vida.
La
minoría legislativa está en pie de lucha, y aunque únicamente dejen testimonio,
es un paso para provocar un cambio. Esto tiene que ser distinto; para muchos ya
es claro y trabajamos en ellos, a pesar de las inercias, críticas e inactividad
de varios.
Esa
mayoría legislativa me evoca un “no los veo, no los oigo”. Así que –como es
costumbre- las secuelas serán para los ciudadanos de a pie ¿Por qué habrían
nuestros queridos políticos que padecer teniendo sueldos menores? Pobrecitos,
no los critiquemos ¡no ven que la vida está muy cara! ¡No nos atrevamos a
pensarlo, mucho menos a pedírselos! Aquí los estoicos somos nosotros.
Al
final, la clase gobernante nos deja un mensaje bastante claro: “ahí les dejo
esos dos pesos”
Hasta
aquí esta Nornilandia, nos leemos la próxima.