30 dic 2011

“¿RAZÓN, ÉPOCA O EXISTENCIA?”

@BarbaraCabrera

Recuerda que…“Mucha gente caminará dentro y fuera de tu vida,
pero sólo los buenos amigos dejarán huella en tu corazón”

Hace algún tiempo, en un restaurante del cual no he olvidado el nombre, pero no vale la pena mencionar; encontré un pensamiento que suelo consultar en momentos claves de mi vida, es decir cuando por alguna causalidad –y conste, no escribí casualidad- coincido con personas especiales que han compartido conmigo, parte de una historia llamada vivir.
Y en esta mágica aventura, ha sucedido de todo. Momentos gratificantes, desesperantes, de risas al por mayor. De tristezas. Y largo “que se yo”, eso sí, todos vivenciales.
Y en esos momentos, cuando compartimos con los demás, no se suele distinguir el papel que juega cada uno de ellos en nuestra existencia. Por ello, a veces los apegos no son siempre los más adecuados o tal vez nos cuesta más desprendernos. O se da el otro lado de la moneda, donde no entregamos el alma a quien si deberíamos. Todo ello tiene en si mismo implicaciones harto interesantes.
Por lo pronto, estoy convencida que algunas personas llegan y se van rápidamente; otras más, que consideramos entrañables amigos sin mas y sin mediar palabras o explicación alguna, simple y sencillamente ya no aparecen en nuestro camino. Y los hay que coinciden por un espacio prolongado de tiempo, son los que conocemos como “de toda la vida” y aún más allá si es que éste existe. Cada una de estas personas llegan por un propósito y en alguna etapa determinada. La cuestión está en dilucidar ¿Por qué? ¿Para que? ¿Hasta que momento?...
Supongo que a todos nos pasa y cada cual contará su historia de manera distinta. En esta ocasión, es mi turno, y gratamente la comparto con ustedes.
Y como los viernes es de relax, tal como lo hemos platicado por twitter, es que deseo comunicar en esta ocasión aquel pensamiento que engloba lo que hasta aquí he expuesto:
“Algunas personas llegan a tu vida por una razón, por una estación o por toda una vida. Cuando tu sepas que es cada persona, sabrás que hacer con cada uno de ellos.
Cuando alguien llega a tu vida por una RAZÓN… es para llenar una necesidad que has expresado. Vienen a asistirte en alguna dificultad, a brindarte apoyo y orientación, a ayudarte físicamente, emocionalmente o espiritualmente. Pueden parecer como caídos del cielo, y lo son, pues están ahí por la razón por la que los necesitas. Después sin mayor problema o inconvenientes hacen o dicen algo en donde la relación llega a su fin. En ocasiones te empujan a dejarlos. Lo que debemos saber es que esa necesidad que teníamos ya no está ahí, nuestros deseos fueron cumplidos y el trabajo terminado. Tus peticiones han sido respondidas y es tiempo de seguir hacia adelante.
Cuando las personas llegan a tu vida por una ESTACIÓN, es tu oportunidad y tiempo de compartir, creer o aprender. Te traen una experiencia o te hacen reír. Te pueden enseñar algo que nunca has visto o hecho. Usualmente te traen una gran cantidad de alegría ¡creélo!... ¡es real!, pero es solo por una estación.
Cuando se trata de RELACIONES DE TODA LA VIDA, es que te topaste con personas que te enseñan lecciones para toda la vida, te ayudan a aprender, a construir emociones con fundaciones sólidas. Tu tarea es aceptar la lección, amar a la persona y utilizar lo que aprendes en tus demás relaciones y áreas de tu vida.
De cualquier manera, sea cual sea la manera en que una persona llega a tu vida, ten la seguridad de que a su paso, te dejará una huella imborrable en tu corazón que te llevará a ser mejor cada día”
Hasta aquí dichas palabras, las que deseo llevar a ustedes a través de mi Nornilanda. Las cuales espero los haya inspirado para iniciar este fin de semana de una manera distinta. Les deseo a todos mis lectores un excelente fin de semana.
Y para rematar esta Columna tengan en cuenta que es importante tomar de cada persona que esta alrededor y compartiendo nuestra existencia, aquello que tiene para nosotros. Ya que como lo vimos, los motivos por los que cada cual llega a nuestra vida son diversos, y cumplida ésta, debemos seguir nuestro camino. Disfrutemos pues, cada instante y vivámoslo como es debido.

¡Nos leemos la próxima Nornilandia!