7 dic 2010

“LA IMAGEN PÚBLICA DEL LEGISLADOR”


@BarbaraCabrera

“Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral”
Simón Bolivar


A través del tiempo y como estudiosa de temas parlamentarios, he comprobado que el Poder Legislativo es “el cerebro” del gobierno, ya que a través de éste se elaboran las leyes que dan sentido y pauta a la vida nacional; no sólo en el ámbito político, sino en el social, económico, cultural, y otros diversos. Dicho en otras palabras, desde el Congreso se pueden resolver los grandes problemas nacionales que nos aquejan. Sin embargo, vemos a través de la actuación diaria de nuestros representantes como la voluntad política, los acuerdos y trabajar por los intereses de la ciudadanía pocos lo llevan a cabo.

En esta tesitura, es que en esta Nornilandia abordaré algunos aspectos de la imagen pública legislador. Un tema controvertido, debido a la desconfianza y alejamiento de los ciudadanos con respecto a éste Poder, que se inscribe dentro de un complejo fenómeno mundial de desafección, término que indica que un porcentaje cada vez más alto de la población en todo el mundo expresa desinterés, desconfianza y alejamiento respecto de la política y de los políticos.

Y el desencanto que hoy en día tenemos de los Diputados y Senadores, y porque no decirlo de los diputados locales es cada vez mayor y resulta ser multifactorial.

Algunos estudios consideran que “La Cámara de Diputados se enfrenta a una situación ambigua: la mayoría de los ciudadanos considera que es una institución clave dentro del sistema democrático pero expresa desconfianza y desaprobación hacia los legisladores. Parte de esta desconfianza tiene que ver con la cultura política mexicana; con la historia del Poder Legislativo en nuestro país, la falta de conocimiento y comprensión sobre las funciones y facultades del Congreso, los resultados del trabajo legislativo, la imagen de los partidos políticos y las opiniones expresadas por los medios de comunicación, entre otros factores”

Hasta este momento, no resulta extraño afirmar que la imagen pública del legislador sufre un desgaste innecesario dado las actuales condiciones vividas en el país.

Si no, vean los argumentos que los mexicanos utilizan de manera recurrente para explicar la mala imagen de los Diputados; los cuales señalo de manera enunciativa, más no limitativa: “no trabajan bien”; “faltan mucho y son flojos”; “se pelean” y “no se ponen de acuerdo”. Otra razón que podría contribuir a explicar la mala imagen de los Diputados es la percepción sobre la corrupción, la cual no es exclusiva de este sector y que vale la pena reservar como un tema aparte para su debido análisis.

Y para aminorar este quebranto de la figura del legislador ante la ciudadanía, se requiere una serie de acciones y reformas. (http://barbaracabrera.blogspot.com/2009/04/tesis-de-maestria-instrumentacion-de.html) Pero sobre, al estar inmersos en un sistema de partido, se necesita que estos Institutos Políticos se convenzan y decidan trabajar en conjunto con dichos representantes en pro del país.

¿Qué les parece si para intentar mejorar a mediano plazo la imagen pública de los legisladores comenzamos por trazarles los deberes éticos que deben practicar?, Lo hago a continuación y les pido ayuden a completar la lista:

a) imparcialidad; b) la preparación; c) el no revelar secretos; d) no traficar con influencias; e) la independencia y libertad; f) no pedir o aceptar dinero o regalos como consecuencia de la prestación del servicio y g) asistir a las sesiones y a las comisiones.

Para cerrar el punto sobre esta Columna Nornilandia y rescatar más opiniones sobre el porque los ciudadanos guardan esa opinión de sus legisladores, citaré a Esteinou Madrid, que considera:

“…Desde la década de 1920, vía la radio, y desde los años cincuenta, vía la televisión, la imagen pública del Congreso de la Unión ha estado sometida a los criterios comerciales y políticos de los medios privados, esto es, del raiting: “la imagen del Poder Legislativo -sostiene este investigador- fue elaborada y transmitida con simples criterios de obtención de auditorios cautivos y no desde la base para la construcción de una ciudadanía mejor informada para decidir sobre los asuntos y procesos públicos de la agenda nacional. El Poder Legislativo quedó como rehén de los medios privados que, en muchas ocasiones, sólo lo presentaron como parte de sus géneros espectaculares al ridiculizarlo como un espacio de conflictos e irresponsabilidades legislativas…”

Eso es todo por hoy. Espero sus valiosos comentarios.

¡Nos leemos la próxima!