@_BarbaraCabrera
“Siempre esos ojos que miraban, vigilantes. En
vigilia o en el sueño, en el trabajo o comiendo, en casa o en la calle, no
había privacidad posible”
George
Orwell en 1984
Inicio esta
Nornilandia con un extracto de una de las obras cumbre de Eric Arthur Blair,
mejor conocido como George Orwell
para llamar la atención acerca de que aquella distopía durante la época
neoliberal no estaba tan alejada de la realidad.
Y fue así debido a que perder el poder para servirse del
erario e inventarse cuanto privilegio se les ocurriera no era una opción; por tanto,
hacían de todo y sin medida para mantener controlados a los que ellos
consideraban sus enemigos.
Pero vayamos por partes, ¿cómo, quién y a través de qué
espiaban desde los gobiernos neoliberales?
Para ello utilizaron un sofisticado sistema de vigilancia
llamado Pegasus, el cual es un software espía de grado militar desarrollado por
una empresa israelí, utilizado en por lo menos 50 países –del que México no fue
la excepción- para espiar celulares de activistas de derechos humanos,
periodistas, políticos, empresarios y hasta Presidentes. Así lo dieron a
conocer recientemente distintos medios de comunicación internacionales como The
Washington Post, The New York Times, The Guardian y Le Monde.
Uno de los más espiados fue el actual Presidente de
México, Andrés Manuel López Obrador, quien, además de ello, por años fue –y
continúa siendo- blanco de tremendas campañas de guerra sucia, por parte de la
oposición moralmente derrotada. Se le señaló como “un peligro para México”
cuando sabemos que realmente lo era, pero para esa mafia del poder que se
negaba a perder sus privilegios, se creían dueños de este país al cual dañaron
tanto cuando tenían el control.
De hecho López Obrador, a quien apodaron “el gallo”
formaba parte de un listado de personas espiadas llamado “los maléficos”.
Andrés Manuel no se libró de continuar siendo presa de espionaje político aun
después de haber ganado las elecciones en 2018.
Reporta la revista Contralínea que tras su triunfo,
agentes del ahora extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN)
continuaron con los “trabajos de inteligencia” denominados “vigilancia técnica”
tanto de forma física –seguimiento directo a las afueras de su entonces
domicilio particular, la casa de campaña, las oficinas de MORENA, así como los
actos públicos en los cuales formaba parte- como digital, esto es, con el
empleo de software maliciosos como Pegasus. Con este, intervinieron sus
comunicaciones telefónicas, mensajería instantánea y correos electrónicos, y
con frecuencia lo geolocalizaban para conocer su ubicación exacta.
Así fue hasta los últimos días en el poder de Enrique
Peña Nieto; personaje que siendo inquilino de Los Pinos y no conforme con la
imposición de las reformas estructurales que pusieron sobre el país un enorme y
luminoso letrero de “se vende”, de ser culpable de haber continuado el legado
de ensangrentar el país que le dejó su predecesor, el usurpador Felipe
Calderón; Peña Nieto siguió todos los pasos del actual Presidente.
Pero no crean al señor Peña tan inteligente, ni aguzado;
ya que el espionaje hacia Andrés Manuel, data de muchos años antes.
El caso Pegasus fue dado a conocer por el Presidente
Andrés Manuel López Obrador en conjunto con Santiago Nieto, titular de la
Unidad de Inteligencia Financiera, durante la conferencia de prensa matutina
del 20 de julio de 2021, quien explicó el entramado de empresas fachada que
recibieron recursos del gobierno federal, específicamente de la que fue la
Procuraduría General de la República (PGR) con Tomás Zerón como titular de la
Agencia de Investigación Criminal, quien en 2014, encargó la adquisición de
equipos de espionaje con el software Pegasus, lo cual tuvo un costo para el
erario de 32 millones de dólares, recursos que fueron entregados a la empresa
israelí NSO Group, quien fue la encargada de desarrollar el programa.
No obstante, la asignación de recursos para espionaje se remonta
al sexenio de Felipe Calderón, cuando Genaro García Luna era Secretario de
Seguridad Pública,
Por fortuna, el actual gobierno federal no espía a nadie,
asociado a que recientemente, la Fiscalía General de la República dio a conocer
que ya se investiga el espionaje telefónico llevado a cabo durante el sexenio de
Enrique Peña Nieto, a través del programa Pegasus.
¿En manos de quién estábamos? Vean como esto que parece
una trama barata de una serie de policías y espías se desarrolló en la plenitud
del antiguo régimen neoliberal.
Para eso servirá la consulta popular de este 1 de agosto,
si logramos el 40% de participación, será vinculatoria y con ello podrán
establecerse Comisiones de la Verdad para que hechos vergonzantes y
escandalosos como el de Pegasus y muchos otras tropelías cometidas en el
pasado, sean investigados y los culpables sean condenados.
Tenemos una gran deuda histórica y de justicia que saldar
en México. Estamos dando los pasos necesarios para conseguirlo, y el cambio de
régimen que vivimos desde el 1 de diciembre de 2018 a nivel federal con la Cuarta
Transformación de la vida pública, liderada por el Presidente López Obrador, es
parte de esos logros.
Estemos atentos. Participemos. Ejerzamos con
responsabilidad y bien informados nuestro poder ciudadano.
Es todo por hoy.
Hasta la próxima Nornilandia.