30 dic 2011

“PALABRAS PARA UNA REVOLUCIÓN… DE IDEAS”

@BarbaraCabrera

 “No podemos amar a la humanidad en el discurso
y en la letra humillarla con nuestros actos”

Agradezco la presencia el día de hoy de todos ustedes. Reconozco el esfuerzo que implica reunirnos el día de hoy y valoro el tiempo que de manera conciente han cedido para leerme y que fortalecerá, estoy segura, a nuestro México.
La conciencia es la fuente de la razón y la razón guía nuestros más atinados pasos. Este día debemos dar un paso más en el proceso de fortalecimiento de la vida democrática en todos los aspectos de la vida pública de la nación.
El próximo año, debemos asistir al encuentro con la libertad. Elegiremos a quien nos representarán en distintas contiendas electorales. Habrá elecciones locales en 7 entidades, entre ella el Estado de México, que desde ya, ha desatado las mayores controversias y revanchismos políticos.
Y ello, marcará sin duda el camino que debemos seguir rumbo al 2012. Año que cambiará el destino del país.
El reto que tenemos que enfrentar como ciudadanos no es sencillo, ya que el partido en el gobierno, no ha podido demostrar un buen ejercicio de poder democrático y se ha olvidado de postular, las más de las veces, a los mejores y más eficaces, que reúnan la visión, el compromiso y la convicción, y lleven a la práctica los más altos principios de la administración pública, la transparencia, la rendición de cuentas y políticas públicas; mismas que deberán adecuar a las necesidades de una ciudadanía cada vez más demandante.
Por eso los convoco, a que levantemos la voz, a que seamos proactivos, propositivos; que asumamos nuestro rol de ciudadanos en toda la extensión de la palabra; concientes y sabedores de nuestro compromiso y de la responsabilidad que ello implica. Todos juntos tomemos la democracia en nuestras manos y hagamos de ella un instrumento de triunfo, que sin duda nos ayudará a retomar el rumbo como nación. Rumbo perdido hace un buen tiempo.
Les invito a conformar un foro de opinión, donde expresemos los intereses sociales y sea la cuna de la pluralidad política que nos caracteriza. Será el espacio ideal para comenzar a construir una vida verdaderamente democrática de nuestro Estado de Derecho; y consecuentemente exigiremos a nuestros gobernantes que asuman una actitud de ética política, de capacidad y experiencia necesarias para el apto desempeño de sus funciones.
Un buen gobierno debe incluir a todos los actores, hay que prescindir de aquellos que si nos ven, suelen no escucharnos o viceversa. Los gobernantes solo deben permanecer en el cargo si efectivamente nos representan, si atienden y defienden los intereses de la mayoría, mayoría que hizo posible su llegada a una responsabilidad de tal magnitud.
Es claro y debe ser un hecho que el voluntarismo y la improvisación gubernamental deben desaparecer para siempre. Es notorio que no podemos seguir argumentando que los que nos gobierna sean o continúen siendo inexpertos, abanderando incapacidades.
Que un partido político postule a los mejores, no debe ser sólo un slogan publicitario y ni siquiera un recurso de retórica, debe ser una condición sin la cual no hay futuro político, debe ser pues, una condición esencial que nos permita posesionarnos de los espacios del quehacer político, a través de la construcción de ciudadanía.
Decidámonos a participar en la edificación de un mejor país. Que nos anime el espíritu de cambio, porque hay que estar concientes de la necesidad de retomar el rumbo ético de la política y porque hoy más que nunca, debemos luchar por lograr tener las herramientas necesarias para una participación ciudadana consolidada: como el plebiscito, el referéndum, la iniciativa popular y la revocación de mandato.
Hagamos política desde nuestra trinchera, desde ese otro lado, el ciudadano. No nos sometamos al yugo de las hegemonías; diciendo, pensando y haciendo lo que otros quieren. Es difícil, más no imposible cuando las convicciones y los sueños se tienen claros, cuando la razón y la templanza fortalecen nuestra esperanza y cuando los sueños justos guían nuestro camino.
Yo les pregunto ¿Qué sería de los gobernantes y de los políticos sin nosotros? ¡absolutamente nada!. Ya soñamos, vayamos ahora a concretizar esa hambre de justicia y sed de democracia.
Que nos impulse organizarnos para romper con las hegemonías que han estado usufructuando a nuestro país como si fuera una franquicia y que tanto lo han dañado, y en este tenor no es necesario dar ejemplos, los hechos hablan por sí solos. Que los políticos entiendan de una buena vez que México no es un latifundio y que sus ciudadanos no somos vasallos ni tenemos el sello de pertenencia de nadie.
Finalmente, les digo que quiero continuar siendo portavoz de aquello que todos pensamos y que pocos nos atrevemos a decir, de aquello que todos decimos y que pocos nos atrevemos a realizar, de aquello que todos realizamos de buena fe, pero que lleva el sello de la improvisación, improvisación que nos ha costado gobiernos infructuosos.
¡Porque nadie, absolutamente nadie puede comprar nuestra conciencia, coaccionar nuestro voto y mucho menos chantajearnos!

¡Hasta la próxima Nornilandia!