@BarbaraCabrera
“La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”
Jean Jacques Rousseau
De manera recurrente, los espacios de análisis se ocupan de la problemática donde estamos inmiscuidos los adultos: que si la Cámara de Diputados suspende la sesión de pleno por evidente falta de quórum; abordamos aspectos de un conato de bronca entre dos legisladores; que sí un ex Presidente de México un día sí y otro también hacer declaraciones desafortunadas sin argumentos sólidos; si tal o cual de cada partido político será el candidato presidencial; o si el Presidente Nacional del PRI es un cínico al señalar a los gobernantes de corruptos cuando él no dio buenas cuentas a Coahuila o ¡que tal la decisión de Acción Nacional de designar un porcentaje de sus candidatos a Diputados Federales!; replicamos de manera constante las deficiente administración pública federal en general; vaya, ni comentario merece un precandidato que por su bajo rating político tiene que entrevistar de manera rústica a un futbolista.
Así que, la idea de esta Nornilandia surge precisamente ayer al leer la prensa donde algunas de las noticias giraban en torno a la niñez, las cuáles no eran positivas: se habla de menores involucrados con el crimen organizado en diferentes vertientes; niños abandonados por diversos factores; temas referentes a la explotación infantil, desde cuestiones laborales hasta abusos sexuales. Situaciones que no son exclusivas de México lindo y herido, ni se suscitan únicamente en el tiempo que nos ha tocado vivir; aunque por la vorágine societal parecen incrementarse.
En este sentido, varias interrogantes surgen en mi mente: ¿Qué clase de país les estamos dejando a este sector de la población? ¿Por qué no se respetan los derechos de los niños? ¿Qué actores son los que deben estar atentos a su cumplimento? ¿Cuáles son las acciones que los adultos debemos adoptar para dejarles un mejor país al que encontramos? en tres palabras… ¿Y la niñez?
Éstos tiempos son complicados: vivimos una crisis económica mundial; falta de valores; políticos que parece se representan a sí mismos o a los intereses que los han llevado al poder; un desánimo ciudadano casi generalizado; y así podría seguir enumerando. ¿Por qué traigo esto a colación? precisamente porque esa sociedad es la que los niños están aprendiendo y aprehendiendo; ¡eso es lo más desafortunado de todo este asunto!
Esto debe ir más allá, no todo consiste en elaborar estudios, investigaciones; plasmar estadísticas de la precaria situación de la niñez; o crear organismos especializados o de simular la aplicación de políticas públicas que han demostrado estar equivocadas; tampoco es un asunto que se resuelva únicamente desde el ámbito legislativo con la expedición de nuevos ordenamientos; factores que en ocasiones lo hacen más complejo. Se trata de una cuestión multifactorial, de disposición familiar, social y gubernamental; de creatividad para superar los obstáculos que se presenten. ¡Sin duda el Sistema Educativo Nacional influye!
Esta Columna es precisamente para reflexionar y hacer una llamada de atención para reconsiderar el papel de la niñez, toda vez que éstos son el recurso más importante y la esperanza para el futuro. Ellos serán los que en unos años tomarán las riendas de México lindo y herido, los que delinearan las políticas públicas; entre ellos están los Ministros, legisladores, gobernadores, Consejeros Electorales, Presidentes de la República, profesionistas; en pocas palabras ¡esa es la ciudadanía del futuro!
Para finalizar citaré a Kart A. Menninger quien de manera elocuente ha dicho: “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad”
Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!