31 jul 2008

PROSPECTIVA DE LOS INSTITUTOS DE TRANSPARENCIA




@BarbaraCabrera

A raíz de la reforma constitucional al artículo sexto para incluir un segundo párrafo con siete fracciones, se ha desatado un nuevo boom de la transparencia en todo el país, que a pesar de ya contar con leyes en esta materia antes de la reforma de referencia, las entidades federativas deberán tener lista a más tardar el 21 de julio las reformas integrales a éstas leyes para adecuarlas al citado artículo constitucional. Situación que hasta la fecha de publicación de éste artículo no ha ocurrido en el Estado de Jalisco. Pero esa es una historia motivo de otro artículo.
Sin embargo, como ya lo señalé, la transparencia ya estaba en marcha. Ha habido un sin fin de adecuaciones en los denominados sujetos obligados, se han creados unidades de transparencia, la ciudadanía está más alerta de los pasos de sus representantes, se publicita más información; pero también está la otra cara de la moneda: existen políticos del pasado que todavía no entienden que los tiempos son otros y que están obligados a transparentar, a rendir cuentas y a dar acceso a información pública gubernamental. Ahora bien, existe un puente entre los sujetos obligados y los solicitantes de información que se llaman Institutos de Transparencia a los que se ha destinado vía presupuesto miles de millones de pesos para su creación y funcionamiento, los que desde mi punto de vista tenderán a desaparecer. Y antes de que sea vituperada por esta aseveración, explico porque considero que así será.
Para muchos podrá parecer una utopía, para otros puede ser parte de un mundo feliz, para otros más un día muy pero muy lejano, pero para mi es un destino que tal vez no nos toque vivir pero que definitivamente será una realidad.
Debido a que vivimos en una sociedad en constante movimiento, donde los adelantos tecnológicos están en todo su apogeo, es que la sociedad se ha vuelto más compleja y por tanto, se requieren de nuevas estrategias, leyes y maneras de convivir, por ello existen organismos para satisfacer esas demandas sociales, y cuando éstas necesidades se vean reflejadas es que éstos desaparecerán. Es el caso del ITEI, el cual tiene como una de sus atribuciones promover la cultura de la transparencia y si de verdad llevan a cabo esta labor con los años no existirá más la necesidad de condenar a sujetos obligados, de denunciarlos por la opacidad, y nuestros gobernantes comprenderán que una cultura de la transparencia, acceso a la información y rendición de cuentas los llevará a recuperar la credibilidad de la ciudadanía (tan anhelada, pero tan lejana) y a destinar esos miles de millones de pesos a otras demandas ciudadanas… ¿será?...