13 jul 2016

LA POLÍTICA EN TRES ACTOS ¿cómo se llamó la obra?

@BarbaraCabrera

“No hay democracia sin determinación”
Julio Anguita González

La siguiente escenificación de la política donde unos no se mueven; a otros, los mueven; y algunos, se mueven; está estructurada en tres actos, invito al lector a escudriñar estas letras para reflexionar en torno a la afamada frase ¿cómo se llamó la obra? y a partir de ahí llenarse de acciones y asumir el rol protagónico que implica ser ciudadano.


Primer acto
Érase un país donde los dinosaurios aún vivían y para sobrevivir solían enquistarse en todo aquello que les significara poder; los había de todos los colores [Solo era cuestión de raza e ideología], se presentaban a través de múltiples denominaciones; regularmente, sus personalidades iban acompañadas de despensas, prebendas, discursos grandilocuentes acompañados de la parafernalia que suministra las campañas publicitarias mediáticas. Algunos eran  criaturas copetonas; otros tantos sin cabello y orejones; solo que estos últimos solían estar tras bambalinas, moviendo los hilos. Ciertos especimenes escondían su naturaleza para despistar al enemigo ciudadano y a aquellos dinos de color diferente a al suyo. No obstante, al final todos formaban parte del establishment, el que si por ellos fuera, lo convertirían en ley suprema.

** Se cierra el telón **

Segundo acto
Con el paso del tiempo, un grupo de entusiastas han perfeccionado el arte de flexionar la cerviz frente a su amado líder articulando convencidos el mantra, ya sea de manera presencial o vía redes sociales: “Sí señor presidente, lo que usted diga señor presidente”; o bien, “Los designios del líder en turno, son órdenes para nuestros oídos”; y, como olvidar el tradicional “¡a sus órdenes, mi señor”!. Ellos, cuando no están llevando a cabo esta acción, aplauden como focas. Estos seres, son conocidos en los pasillos de la política como los aplaudidores; imprescindibles para mantener en el poder a los dinosaurios y a los políticos de siempre. Los miembros de este grupúsculo –paladines del  status quo– se erigen en acérrimos detractores de aquellos que se atrevan a tocar a sus venerados guías con el pétalo de una crítica.

** Se cierra el telón **

Tercer acto
Percatándose de las imposiciones de políticas públicas inadecuadas; de reformas estructurales a modo, erigidas en el plan sexenal en turno; así como presas de la cerrazón gubernamental e institucional, abanderada por quienes manejan los hilos del poder; encontramos a los ciudadanos críticos y proactivos, los que se suman a múltiples causas. Dicho grupo está constituido por los que utilizan instrumentos de participación sean los tradicionales o aquellos que proporciona Internet, en especial las redes sociales. En su clamor, hacen saber a los dinosaurios y aplaudidores su descontento, muestran sus necesidades; y a partir de propuestas, denotan cómo debieran ser las cosas. No se dejan amedrentar, ni se intimidan con facilidad; y a pesar de que la “fuerza bruta” les invita a sentarse en el cómodo sillón de status quo; no lo hacen. En suma, a través de pequeñas acciones tiran pa'lante. Su máxima es #NoRendirse

** Fin de la representación **

Ahora deliberemos: ¿Cómo se llamó la obra?
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia! mientras tanto interactuemos en Twitter. Ya lo saben, a un tweet de distancia me encuentran como @BarbaraCabrera