@BarbaraCabrera
“No pudiendo cambiar los hombres,
se cambian sin tregua las instituciones”
Jean Lucien Arréat
Reformas
estructurales, acciones, omisiones, manifestaciones, amenazas, detenciones
arbitrarias, declaraciones, desapariciones forzadas, activismo, dádivas,
justicia selectiva, transparencia a modo, esperanza, violencia… todas estas
palabras y algunas otras son calificativos de los acontecimientos que
atestiguamos desde hace algún tiempo y contando en este #MéxicoLindoyHerido.
La semana
pasada, reflexionaba en Nornilandia que estamos ante un México Revolucionario http://bit.ly/1wVhMSr
y es cierto. Hoy, se suman otros muchos elementos que contribuyen a confirmar
que así es; baste vivir los sucesos de este país y analizarlos sin
apasionamientos.
Ha llegado el
momento de deliberar si estamos o no ante un Estado Fallido. Una situación que
no está exenta de polémica y debates álgidos e inacabados. Y lo es desde su
conceptualización, toda vez que es ambigua al calificar como tal a un Estado
débil en el cual el gobierno central tiene poco control práctico sobre su
territorio. ¿Entonces quiere decir que un Estado es “exitoso” si mantiene el
monopolio en el uso legítimo de la fuerza pública? La historia constata que los
efectos causados son todo lo contrario al éxito.
Es indiscutible
que casos como el de Tlatlaya y Ayotzinapa han sido el parteaguas del momento
crítico y de quiebra del México de hoy. No solo lo percibimos así unos cuantos
–como quisiera el gobierno- sino que el mundo se ha solidarizado y expresado su
consternación.
Lejos, muy lejos
y diluidas han quedado aquellas editoriales The
Mexican Moment y el Saving Mexico,
divulgado por la prensa y medios internacionales hace un par de años.
Actualmente, las opiniones versan en forma de solidaridad, críticas, opiniones
y reclamos respecto a la situación imperante en México.
El señor Enrique
Peña Nieto ha reaccionado a través de su otrora hombre fuerte Miguel Ángel
Osorio Chong, quien ha anunciado que en próximos días su patrón dará a conocer
un nuevo pacto que alistará cambios para modificar “lo que no está caminando
bien”
Se habla de una
reestructuración radical del Estado de Derecho, la procuración de justicia y el
esquema de policías. Y este ambiente crispado suma su voz el senador priísta
Emilio Gamboa Patrón quien señaló y cito “las policías en muchos municipios de
este país no vienen funcionando. Ahí está el caso de Iguala, que nos abrió los
ojos con gran tristeza y amargura; no queremos que vuelva a suceder otro Iguala
en este país” y remató azuzando (refiriéndose a las mentadas reformas) que “si
nos las manda el Presidente, bienvenida; si no, el Senado de la República,
junto con la Cámara de Diputados, tomaremos medidas sobre el asuntos con una
decisión de fondo”
¿Reforma radical
al Estado de Derecho? ¿Después de 11 reformas estructurales todavía creen que
legislar es suficiente? No lo es, lo digo categóricamente.
Si el señor
Gamboa Patrón dice que no quieren que suceda otro Iguala en este país.
Entonces, ¿Dice sí a otro 1968, a un nuevo Atenco, al lamentable Tlatlaya…?
Es una realidad
irrefutable, estamos ante un país adolorido, saqueado, impune y corrupto al que
sin duda le urge un cambio de rumbo y será así cuando sus ciudadanos ejerzan
como tales (No olvidar el contenido del artículo 39 constitucional y estos
pasos necesarios hacia la #RevocacióndeMandato http://bit.ly/XyWosf)
El padecimiento
de México es una reformitis aguda
cuyo principal síntoma es la falta de credibilidad en las instituciones que han
caducado pese a los “esfuerzos” discursivos de presentar un país cuya crisis
está controlada y va saliendo avante. Y eso, desde mi perspectiva, es una señal
latente de un Estado fallido, donde el gobierno nos amenaza un día sí y otro
también en usar de manera legítima la fuerza pública para mantenernos en orden.
PD. Por cierto, Jesús
Murillo Karam, (tal vez lo recuerden por su frase célebre #YaMeCansé) dile a
tus muchachos, -esos que concluyeron que los detenidos el 20 de noviembre en el
Zócalo capitalino forman parte de un “un grupo colectivo subversivo” y que
entre ellos “se decían compas”- que seguiremos manifestándonos ejerciendo
nuestros derechos constitucionales y que sepan muy bien qué #TodosSomosCompas)
Por hoy es todo.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!