“Existe un aumento
preocupante de la censura online en
los gobiernos”
Eric Schmidt
Si estás leyendo ésta Nornilandia,
quiere decir que eres un usuario de Internet. Eres parte de la estadística
mundial que indica que somos más de 2,700 millones los que contamos con este
servicio. Punto y aparte es debatir si es de calidad o eres del “selecto” club
del lentium.
En este sentido, además de México, en
Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, España, Paraguay, Perú, Uruguay,
Venezuela, entre otros países se conmemora el 17 de mayo el Día de Internet,
mismo que la Organización de las Naciones Unidas ha declarado el Día Mundial de
la Sociedad de la Información.
No obstante, no todo lo que pintan
esas efemérides, es lindo. Vamos con la dedicada al Día de Internet y el caso
mexicano, en contraste con algunas experiencias internacionales.
Desde hace algunas semanas hemos
vivido con ímpetu las letras chiquitas de la reforma en telecomunicaciones,
tópico que he abordado en alguna otra Columna (#ContraElSilencioMx http://bit.ly/RK3xD9), y como no es extraño, el debate se
postergó para una fecha más conveniente (visto así por la clase política); y
así mientras un amplio porcentaje poblacional vivirá la intensidad del mundial
del fútbol, los que ocupan una curul decidirán el destino de una posible
censura a Internet en aras y en defensa de la seguridad nacional; para una vez
consumado vivamos de la patada, en cuanto a inclusión y libertades en las TIC
se refiere.
El resto del mundo, no vive
precisamente un paraíso en estos menesteres, toda vez que existe lo que
Reporteros sin fronteras ha denominado “los enemigos de Internet” (en este link es posible
consultar el Reporte 2014 http://12mars.rsf.org/wp-content/uploads/EN_RAPPORT_INTERNET_BD.pdf) y se refiere a los diversos
países que censuran -de alguna manera- el contenido que transita por un
servicio que nació libre, tal como lo sostiene Tim Berners-Lee, considerado el
padre de la Web, quien alguna vez manifestó su temor porque eso se termine;
sospecha que no es infundada, si tomamos en cuenta la creciente ola de
legislaciones y políticas públicas que de manera encubierta o contundente
intentan controlar un mundo de libertades, a través de instituciones y
organismos creados para vigilar el tránsito de la Web, el gran hermano llegó
para quedarse.
Como podemos ver, dicha censura no es
más que aquellos procedimientos implementados principalmente por el gobierno,
con la complacencia y ayuda de otros grupos para intervenir, suprimir o
aminorar contenidos que le son incómodos en Internet.
¿Y en qué nos afecta esa censura?
Nada más y nada menos en la socialización de noticias que los medios
tradicionales de comunicación censuran en el papel o la televisión; en la
tendencia a coartar la libertad de opiniones y libre manifestación, encaminadas
a organizarnos. Algunos más radicales bloquean páginas Web, blogs, foros de
opinión. Podemos decir que, el “boom” de las Redes Sociales, sin duda desató
los miedos gubernamentales.
¿Y cuáles son a grosso modo los
factores que desatan esos miedos tendientes a controlar y censurar la Red?
Esencialmente menciono tres: a) motivos políticos, donde los gobiernos
pretenden acallar puntos de vista y voces críticas, contrarias a sus intereses;
b) se alude la defensa de la seguridad nacional, un término tan amplio como
ambiguo, en éste tienen cabida la mayoría de los temores oficiales; y, c) por
causas sociales, referidas a la censura (bloqueo) de aquellos sitios que puedan
ser ofensivos a la población. Las preguntas primigenias son: ¿quién lo
determina? ¿Bajo qué criterios? ¿Cada país tiene el derecho y la capacidad de
regular un servicio universal? Interrogantes que dejo en la mesa de debate,
para ser discutidas desde la sociedad sin fanatismo exacerbado, y sí con
argumentos que nos permitan formar un criterio que nos conduzca a pedir al
gobierno el camino legislativo y el destino de la expedición de la ley
secundaria en materia de telecomunicaciones.
Cada cual vive, utiliza, disfruta,
abusa, padece o tal vez ignora Internet a su manera. Lo cierto es, a
consecuencia del cambio tecnológico se requiere desarrollar nuevas habilidades
para formar parte armónica en un mundo cada vez más digitalizado, el
ciberactivismo es una de ellas.
Así que celebremos el Día de Internet
defendiendo las libertades conquistadas, ni un paso atrás. Sigamos pugnando por
un Internet libre y de alta calidad. ¡No a la censura!
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!
Mientras ello ocurre, sigamos la interacción en Twitter, me encuentran a un
tweet de distancia como @BarbaraCabrera