@BarbaraCabrera
Una de las razones de superioridad de la democracia con respecto a los estados absolutos (…) ésta basada en la convicción de que el gobierno democrático pudiese finalmente dar vida a la transparencia del poder, al “poder sin máscaras”
Norberto Bobbio
Sobre la transparencia se ha hablado mucho, conceptos van y propuestas vienen. Las reformas han estado dirigidas en gran medida a consolidar un adecuado acceso a la información y más recientemente se han concentrado los esfuerzos a la protección de los datos personales. No obstante, esta Nornilandia la dirijo exclusivamente a hablar sobre el punto de quiebra de la transparencia.
Para comenzar, es importante preguntarnos ¿Qué es la transparencia? ¿Será necesario que sea una política pública? ¿Constituye un tema central en la búsqueda de la debida consolidación del estado de derecho?
Distintos autores coinciden en que la transparencia es el acto consistente en abrir la información gubernamental al público, al escrutinio de la sociedad. Es una práctica democrática de colocar la información gubernamental en una vitrina pública, para que la ciudadanía pueda revisarla, analizarla y en su caso, usarla como mecanismo de sanción.
En mi opinión, la transparencia es el instrumento que permite al ciudadano confirmar si al momento de la rendición de cuentas el gobierno dice la verdad.
Ahora bien, construir políticas de transparencia, entendidas como un conjunto de estrategias y prácticas, basadas esencialmente en una amplia apertura y disponibilidad de información, que coadyuven a la gobernabilidad y a la rendición de cuentas en una organización; debe ser un imperativo que va mucho más allá de discursos rimbombantes y de promesas baratas de campaña.
Éstas políticas deben coadyuvar a que los ciudadanos tengamos a nuestra disposición la mayor parte de la información existente, es decir, tenerla frente a la mirada pública, lo cual facilita los medios para su verificación, evaluación y seguimiento. Lo que es un hecho es que, no todos los sujetos obligados, tienen la misma disposición de poner en la palestra pública la documentación fundamental de los temas públicos que a todos nos interesan. Por lo que el éxito de las políticas de transparencia depende de que la información sea accesible y disponible para todos los usuarios. Una política es transparente si es comprensible, si la información está disponible, si la rendición de cuentas es clara y si los ciudadanos saben que papel desempeñan en dicha política.
Hasta este momento, podemos percatamos de la existencia de una vulnerabilidad en estas prácticas por parte de las autoridades, quienes aún a pesar de tener la obligación, tanto constitucional como legal, de difundir información muy precisa; intentan por todos los medios evadir su cumplimiento, y es aquí donde encontramos ese famoso punto de quiebra de este concepto.
Concluyo afirmando que la transparencia es un insumo básico para que la sociedad civil se introduzca al debate político y económico con relación a las políticas públicas. Permite conocer el funcionamiento de la burocracia y la información que puede ser utilizada para evaluar la función pública y en última instancia para sancionarla. Los invito a ejercer este derecho fundamental y a exigir al gobierno, a través de nuestra participación, a ejercer el poder sin máscaras.
Tu opinión me interesa, deja tu comentario.
Es todo por hoy, ¡Nos leemos en la próxima Nornilandia!