6 may 2014

#CUARÓN vs UNA #DEMOCRACIA CADUCA

@BarbaraCabrera

“Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística”
Jorge Luis Borges

Imagen de http://agcnoticias.com/ 
¿Por qué no debatir? es la última de las preguntas que Alfonso Cuarón lanzó al señor Peña.
¿Por qué no debatir? es primera y principal pregunta que los ciudadanos interesados en los asuntos públicos debemos hacer a quien está situado en la palestra pública y asume la responsabilidad de gobernar, de expedir leyes, de impartir justicia.
Para dejar una perspectiva clara, les diré que debatir en palabras claras constituye el intercambio de ideas en la que intervienen dos o más personas que opinan (argumentan) acerca de tópicos que se consideren controvertidos, con miras a defender sus intereses y puntos de vista.
¿Por qué no debatir? un cuestionamiento directo que dividió, una vez más, al país. Al ruedo salieron los defensores y aplaudidores que en defensa de EPN señalaron “no le corresponde a Peña”; “los responsables son los legisladores”; “el Congreso es el que debe responder”; “EPN no dispone de los tiempos de la televisión”; hasta las más absurdas como la de Gustavo Madero, quien suspira por repetir como Presidente del PAN, que pide “no cuestionar la democracia”. En otro escenario, están quienes no dudaron en colgarse del ejercicio ciudadano de Cuarón, advirtiendo que no descartan invitarlo para una candidatura, así lo expresó desafortunadamente Chucho Zambrano.
Pero, ¿qué respondió el señor Peña Nieto sobre esta invitación a llevar a cabo “al menos tres debates en televisión abierta, en horario prime y cobertura amplia, sobre la reforma energética y petrolera en los que se incluyan puntos de vista a favor y en contra”? Sin llamar al cineasta por su nombre, EPN dijo que su gobierno está comprometido “con el diálogo, el entendimiento y el acuerdo” entre actores y fuerzas políticas “para transformar a México desde sus instituciones democráticas”
¿Y los ciudadanos? Parece, por lo que se infiere de la ambigua respuesta del ocupante de Los Pinos, que no estamos contemplados; debemos aguantar y resignarnos a las decisiones de quienes están sentados en una curul. Y eso lo refuerza Luis Videgaray, uno de los hombres fuertes de Peña que respondió a pregunta expresa de los medios de comunicación: “se presentarán datos objetivos que permitan a la ciudadanía tener una opinión informada y enriquecer el debate. El debate está en el Congreso de la Unión”
Es cierto, vivimos en una democracia (incipiente al fin y al cabo), donde acudimos cada tres y seis años a emitir un sufragio que permita elegir a nuestros gobernantes y representantes (nótese como omito intencionalmente el calificativo de populares). No obstante, no todo comienza, ni debe terminar ahí. La ciudadanía contamos y debemos contar con instrumentos y mecanismos de participación ciudadana que hagan posible seamos escuchados sin ser censurados. Por ejemplo, poseemos las solicitudes de acceso a la información (que muy poco utilizamos); el referéndum y el plebiscito (figuras escasamente referidas y mucho menos recurridas); las redes sociales como un mecanismo aún libre para manifestarnos y organizarnos; pero faltan algunos otros, como la revocación de mandato, imaginen tener el poder de despedir a aquellos gobernantes y representantes que no dan resultados y obedecen otros intereses que no necesariamente son ciudadanos, ni están acordes a la realidad y problemáticas imperantes.
La respuesta a ¿Por qué no debatir?, estimado Alfonso Cuarón es muy simple: no se debate por qué los argumentos no resultan del todo sólidos y agreguemos que el gobierno tiene miedo (http://bit.ly/1g6Um3k)
Democracia, en la actualidad es un término abusado, prostituido; utilizado a la menor provocación y para casi todo. Un término caduco en la época que nos está tocando vivir, un tiempo de pobreza democrática.

Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!