10 jun 2011

“Y LOS PRIÍSTAS SON… ¿SÓLO ELLOS?”


@_BarbaraCabrera

“Una mala conciencia se cura más fácilmente que una mala reputación”
Friedrich Nietzsche


Hoy deseo que sea un viernes de relax, así que en esta Nornilandia traigo una anécdota de 1988, cuyo protagonista es Jaime Sabines; así es, me refiero al poeta chiapaneco, al que escribió “los amorosos”; el cual fue diputado de Representación Proporcional por el PRI; y por así disponerlo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no le quedo otra más que formar parte del Colegio Electoral encargado de calificar la elección de quien llego a ser Presidente de la República en esos tiempos: Carlos Salinas de Gortari.

Para continuar la lectura de esta Columna, sugiero hagan uso de su capacidad de tolerancia (sobre todo tratándose de priístas o simpatizantes de este partido político). Además, llegará el turno de hablar de otros partidos políticos. Recuerden que soy una crítica del poder.

Y cito textual lo que Jaime Sabines escuchó decían de sus correligionarios en aquellos años; para efectos prácticos solo señalo el primero y el último párrafo; aquél por su esplendida belleza y perspicacia literaria; y, el otro para el olvido. (Este texto fue tomado del libro “1988” de Martha Anaya, Editorial Debolsillo, p. 110)

(Primer párrafo) “En quince días de asistir a las sesiones del Colegio Electoral, he escuchado las siguientes expresiones de los miembros del PRI: los priístas son sordos, ciegos, mudos miopes, deshonestos, incapaces, ineptos, inconcientes, insensibles, cínicos, mafiosos, traidores a la patria, falsificadores, magos, alquimistas, burladores del pueblo, ladrones, asesinos, hampones, inmorales, sinvergüenzas, desfachatados, corruptos, culeros, irresponsables, sucios, impostores, criminales, irracionales, infames, acarreados, mecanizados, robots, raquíticos, exiguos, anémicos, endebles, precarios, indecentes, chanchulleros, asquerosos, tortuosos, delincuentes, zapateros, abusivos, pillos, charros, tramposos, falsos, mentirosos, bribones, electrónicos, computarizados, autómatas, cibernéticos, ataráxicos, increíbles, mayor-minoritarios, escorias, hijos de su madre, extraterrestres, irreales, surrealistas, humanoides, acabados, en extinción, sindicaturados, torpes, socarrones, paracaidistas, perversos, consultantes, miedosos, indignos, débiles, defraudadores, cachirules, mezquinos, prepotentes, represores, usurpadores, vulgares, cachondeadores, maniobreros, inconfiables, antidemocráticos, fascistas, antihistóricos, contrarrevolucionarios, proimperialistas, oligarcas, vendidos, entreguistas, méndigos, explotadores, sojuzgadores, negativos, sin hormonas, sentenciados por el pueblo, y además, en escala zoológica, de manera precisa y simultánea: dinosaurios, coyotes, golondrinos, gaviotas, puercos, perros, mapaches, borregos y ratas…”

(Segundo párrafo) “Les doy las gracias porque nunca como ahora -ante la inminencia de ser expulsado de la historia- nunca como ahora me había sentido tan a gusto en el PRI”

Aquí termina la cita.

Al leer las 108 palabras que califican a la clase político – legislativa priísta de aquella época; de inmediato varias preguntas asaltan mi mente ¿únicamente aplica a los priístas?, ¿cómo son los integrantes de otros partidos políticos?, ¿qué pasa con aquellos inmiscuidos en temas políticos sin estar afiliados a un partido?, ¿será que algún día no muy lejano, los ciudadanos nos libremos de seres que albergan esa serie de apelativos? ¡¡Esperemos que así sea!!, ya mucho han dañado a nuestro México lindo y herido.

¡Hasta la próxima Nornilandia!