16 feb 2011

"PODER LEGISLATIVO, PODER POLÍTICO"

@BarbaraCabrera

“La libertad del hombre en sociedad consiste en no verse sometido más que al Poder Legislativo, establecido de común acuerdo en el Estado, y en no reconocer ninguna autoridad ni ninguna ley fuera de las creadas por ese poder”

John Locke


Como Investigadora Parlamentaria, parte de mis ocupaciones cotidianas es estar al tanto de las actividades legislativas suscitadas en el Congreso de la Unión; y para llevar a cabo dicha labor tengo a mi disposición distintos medios informativos: sintonizar el Canal del Congreso, tanto en televisión como en la Web (http://www.canaldelcongreso.gob.mx); a través de la Gaceta Parlamentaria; Boletines de prensa; Sistema de Información Parlamentaria INFOPAL instalado en mi BlackBerry; versión estenografía parlamentaria; vía Twitter (@Senado2009 y @CanalCongreso); páginas Web de cada Cámara (http://www.diputados.gob.mx y http://www.senado.gob.mx). Y manifiesto lo anterior, para recordarles a mis lectores lo trascendente que es conocer las labores que los diputados y senadores realizan en ejercicio de sus facultades constitucionales, legales y reglamentarias.

Como lo he manifestado en otras Nornilandias, el Poder Legislativo constituye, desde mi punto de vista el cerebro del gobierno, en virtud de que desde ahí se expiden, para decirlo en términos coloquiales, las reglas del juego; es decir, las leyes que regulan la vida en sociedad. 
El Poder Legislativo en la historia política del mundo tiene un espacio significativo para entender el ejercicio del poder político. Parlamento, en otras partes del mundo y Congreso de la Unión en nuestro país; este poder adquiere una responsabilidad auténtica día a día, no solo por lo que deja de hacer, sino por lo que hace. Y es que aunque la Constitución diga que el Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, la pluralidad política imperante hace que la responsabilidad del Congreso de la Unión, como órgano encargado de construir la legislación necesaria para ordenar la práctica y la convivencia política y social, sea mayor.

Por tanto, las impresiones que tenemos los ciudadanos del trabajo que realizan los diputados pueden ser diversas y van a depender del nivel de interés, información o círculo al que pertenezcamos, incluso al nivel de formación; pero resulta interesante saber cuál es la percepción que ellos mismos tienen de porque llegan a la Cámara, cualquiera que esta sea.

De ahí la necesidad de construir un Poder Legislativo ordenado, fortalecido, pluralizado, incluyente, democrático, y que escuche a sus electores, que sea la casa de los representantes de la nación y no la cueva de políticos desgastados, protectores de intereses mezquinos o portavoces de los poderes fácticos.

La memoria colectiva debe tener presente: la actividad legislativa necesariamente tiene la representación de los partidos políticos, fuente primordial de los grupos parlamentarios los cuáles dan vida a los trabajos llevados a cabo a su interior. No obstante, la funcionalidad del Congreso de la Unión es una de las problemáticas más comunes, debido a que en la mayoría de la toma de decisiones incide el factor político; politizando con ello sus trabajos.

Finalmente afirmo, hacer comprensible a los ojos del ciudadano común las grandes responsabilidades que tiene el Poder Legislativo, no es tarea fácil, sobre todo cuando los medios masivos de comunicación dirigen sus baterías un día si y otro también contra los representes de dicho poder, a veces con razón a veces sin ella, pero casi siempre con la consigna de ejercer presión, contra un diputado, una fracción o el partido mismo. ¿Algún día podrá modificarse la concepción errónea que se tiene de los trabajos de las cámaras? ¿Dejarán los legisladores de estar en los últimos lugares de la calificación ciudadana? Tengo la confianza que así será.


Por hoy es todo.



¡Nos leemos la próxima Nornilandia!